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Paco Monejí


AHORA, desde la selva oscura, mi infancia es alta
como la montaña donde los héroes indiferentes
–"vestidos de aire"--
apartan las nubes con desdeñosos gestos de la mano.
Asciendo a la cumbre casi fatigado y reconozco
que era mucho más alto el mundo.
                                        Los que transitan
el cosmos no llegarán donde nosotros
colocamos nuestros ojos: ninguna nave
a tres mil pájaros por hora
se acercará siquiera al país secreto
donde un niño lisiado
extraía al silencio
las cosas del misterio.
                              ¡Paco Monejí
a menudo
un niño perdido
es hallado en el poema! Tus palomas
de barro
    susurraban el secreto
del Katún antiguo. Y las risas
de los invisibles cuando bajaban
de las cándidas galaxias
en una piedrecita blanca…
                                         Luego
te ladeaste hacia el astro
y salió entre llantos escasos
tu ataúd de cosmonauta.
                                  Reposa
diocesillo!
          ¡Aún te miro
–en papel de la China, lejanísimo
como Buda y así de sutil--
elevando tu cometa!
                               Ah!
                     Mi paraíso
–mecido por el viento--
pende aún de tu mano
                    dulce patria
                    en un hilo!


(Selección: Juana Rosa Pita)


PABLO ANTONIO CUADRA




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