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S.O.S óseo (I)

Calambombo nuestro,
blanquísimo fémur de la vaca
que cuelgas en las carnicerías,
“dadnos hoy nuestro caldo de cada día”...
los economistas te recomiendan,
los ascetas te imitan,
los perros te acechan,
las señoras humildes te aderezan,
estás hecho a semejanza de nuestra imagen:
¡caímos en el estado calambombo!
y por tal razón, no difundida aún,
la vida bajó un grado...
somos, desde entonces,
una prolongación del mármol,
absolutamente escuetos,
parecemos hijos de un bostezo.





De: Revista de Poesía Prometeo
Medellín, Colombia


LUIS EDUARDO RENDÓN




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