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Habitar el tiempo

A F. A. Bandeira de Melo


Para no matar su tiempo, imaginó:
vivirlo mientras ocurre, a lo vivo;
en el instante finísimo en que ocurre,
en punta de aguja y por tanto accesible;
vivir su tiempo: para lo cual ir a vivir
en un desierto literal o de alpendes;
en yermos, que no distraigan de vivir
la aguja de un solo instante, plenamente.
Plenamente: viviéndolo desde dentro de él;
habitarlo, en la aguja de cada instante,
en cada aguja instante: y habitar en él
todo lo que habitar cede al habitante.

Y de vuelta de ir a habitar su tiempo:
corre ya vacío, el tal tiempo a lo vivo;
y como además de vacío, transparente,
el instante a habitar pasa invisible.
Por lo tanto: para no matarlo, matarlo;
matar el tiempo, llenándolo de cosas;
en vez del desierto, vivir en calles
donde lo llenan y lo matan las personas;
pues como el tiempo ocurre transparente
y sólo gana cuerpo y color con su meollo
(lo que no pasó de lo que le pasó),
para habitarlo: sólo en el pasado, muerto.




De: La educación por la piedra
Prólogo, traducción y notas de Pablo del Barco


JOAO CABRAL DE MELO NETO




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