☰ menú
 



Nada hay más hermoso...

                                                                    XII


nada hay más hermoso que un hombre muerto
retocando su rostro verdadero, bajo el inmenso árbol de la sangre. Y nada hay más honesto que un hombre muerto; callado por su condición de muerto, y no callado por temor al abandono. Y nada hay más hermoso que un hombre muerto; algo fláccido y de pómulos serenos, que ya no se enrojece por insinuaciones; o delicado como una servilleta que gira mucho antes de tocar el piso.

…en la ciudad desierta, detrás de los laureles, asoman las primeras sombras. (llueve).





(Seleccionado por el autor)


ERNESTO CARRIÓN




regresar