☰ menú
 



Madrigal de tus manos

Tus manos absolutas y mesiánicas
que  anoche me pasaron como un cuento,
ignoran que hasta sirve  de alimento
con sus pulpas viriles y volcánicas.

Tus manos tan distintas  y oceánicas
que entre panes absurdos aposento,
no saben que su mágico fermento
invita a cenas dulces y satánicas.

Tus manos que con peces equivoco,
esas que guardan zumo y son un poco
de sueño  casualmente cocinado,

ya quedarán muriéndose conmigo
pues si con hambre terca las persigo
al fin las comerá... (¡santo pecado!)



De: Sonetos


CARILDA OLIVER LABRA




regresar