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Nocturno (Momento III)

Y ese instante: la puerta traspasada
que se cierra apresando,
y el peligro contiguo y el abrazo inminente,
pues la luz ha prendido por sorpresa la estancia
y una ajena presencia, radiante entre las joyas,
devuelven las vitrinas.
Y quizás la belleza sea sólo desconcierto.


ANA ROSSETTI




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