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SANTOS DOMÍNGUEZ RAMOS

 

   El alfanje secreto (I)

primeros versos

¿A quién pediremos noticias de Córdoba?Ben Suhaid. Se ha poblado de mirto el canto de las fuentes y la paloma corta en dos el aire azul. Allí está, con sus sombras, la luz de los recuerdos, la geometría frágil del suave surtidor; aquí, los laberintos de la medina blanca con sus puertas abiertas ...

 

   El alfanje secreto (II)

primeros versos

La plaza de tu sueño es una algarabía de razas que contemplan el viejo palmeral. En esa plaza miras fluir el chorro lento de cada atardecer: el agua se detiene en acequias con sándalo y alminares sonoros que dan la espalda al tiempo. Tú has visto en esa plaza, junto al viejo que toca la darbuka ...

 

   El alfanje secreto (III)

primeros versos

No te engañe la tarde serena del oasis que lentamente afina, desde la alfarería, la terca estalactita azul de la nostalgia, las murallas de greda, la luz arrebatada del desierto infinito, el cordobán brillante de las noches sin luna. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del ...

 

   El alfanje secreto (IV)

primeros versos

Tarde en los alminares rojos de la medina. Los almuecines ciegos llaman a la oración. Hazam el cojo sube por las callejas de agua trémula bajo el sol en las cúpulas de oro. Tú ves oscurecerse la vida en el jardín. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   El alfanje secreto (IX)

primeros versos

Igual que una gacela herida por la tarde, el dolor se refugia en la humedad del huerto. Las sombras tutelares del vergel cicatrizan la huella incandescente del león en su piel. La estirpe de la aguja, la raíz del escorpión, las llagas numerosas que muerde un viento antiguo, ...

 

   El alfanje secreto (V)

primeros versos

Desde los arrabales de la Puerta del Vino, ¿no oís bajar la voz por los caminos de agua tibia de las acequias del buen Abdul Bashur, el de Guadalajara? De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   El alfanje secreto (VI)

primeros versos

La hora de la oración en la mezquita de oro. A mí dadme las tardes serenas de la infancia. La lentitud del patio, la penumbra del agua invisible, el naranjo con flores, el mirto, las columnas de mármol con racimos y acanto. A esa hora de salmodias y celosías secretas cuando se calma el viento ...

 

   El alfanje secreto (VIII)

primeros versos

La plaza de los muertos en la medina, el arco curvo de luz, el borde vegetal de la tarde. La antigua voz del viento que lame como un perro la arena innumerable, el crisol de los días, la desolada cara secreta del leproso. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   El alfanje secreto (X)

primeros versos

Donde los ballesteros, en la cima secreta y apical de la tarde, Israfil, el que anuncia el final de los días, enciende sus hogueras de sándalo en las torres. Los esclavos de Nubia sueñan en los zaguanes con el álabe frío de las dagas, con ríos de venganzas secretas del ángel de la muerte. ...

 

   El alfanje secreto (XI)

primeros versos

Ha quedado en el aire morado de la tarde un hueco de alabastro y pigmentos de almagre. Las palomas rasean su vuelo indiferente sobre el mudo estertor del horizonte estrecho. Se ha cerrado la noche. Es otoño en el mundo y el viento tras los muros es una bestia ciega ...

 

   El alfanje secreto (XII)

primeros versos

Ya los músicos ciegos, con su salmodia oscura, cruzan lentos la Puerta del Leproso. El estuco dudoso de la tarde se enfría en las copas de oro del salón del visir. Y por los muladares que muerde un viento antiguo la sombra extiende el velo balsámico del sueño. ...

 

   El alfanje secreto (XIII)

primeros versos

Recostado en la arena, el buen Abul Jaqam te había prometido una noche de amor. Tras la primera unión se ha quedado dormido hasta el amanecer. Y tú has tenido tiempo de ver en él la imagen de las hogueras leves del ocaso, la imagen exacta, ausente y lenta de la muerte. ...

 

   El alfanje secreto (XIV)

primeros versos

La luz de parasceve, la casa de David. Con espadas de fuego, los ángeles del sueño encienden luminarias detrás de la medina. En las puertas de bronce los eunucos se duermen escuchando los cuentos de los fabuladores. Abu Imram les ofrece el pebetero antiguo que vio arder una noche ...

 

   El alfanje secreto (XIX)

primeros versos

Un hombre no es un hombre hasta que no ha sentido en su pecho los negros lebreles del olvido, la torva geografía del dolor riguroso, la arquitectura aguda del ajimez desierto, el alpechín amargo y turbio de la ausencia. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   El alfanje secreto (XV)

primeros versos

Hasta la alcaicería la madrugada arrastra por acequias sonoras estrellas con hinojo, aliagas con espinas y rastros de planetas. Desde la alberca oscura en donde los cipreses como ciervos de vidrio se ensismisman y tiemblan. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   El alfanje secreto (XVI)

primeros versos

Con frialdad mineral de reptil, el alfanje secreto del tiempo hiere esquinas, higueras y perfiles, orillas y alamedas y el otoño del bosque. Traza curvas fluviales de sextante celeste; deposita en su alcuza con terca indiferencia la savia inconsistente del olvido o el sueño, ...

 

   El alfanje secreto (XVII)

primeros versos

Por los hondos barrancos del dolor se resbala a pozos del silencio, a la almazara oscura donde se exprime el fruto agrio del desengaño. El panorama mudo y herido de la nieve y un cuchillo de luna, sin sangre, por las sierras. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del ...

 

   El alfanje secreto (XVIII)

primeros versos

Con el arco tensado sobre los acueductos, los caudillos del tiempo ostentan su vigilia, defienden la clepsidra severa de los días, el ábaco inflexible de la edad, el mosaico tenaz, el vidrio frágil de las duras esfinges. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   El alfanje secreto (XX)

primeros versos

Ya vas rindiendo al tiempo su sórdida alcabala: este rastro de azufre de los hijos del trueno, este limón salobre que hiere la garganta y esta luz de atalaya sobre el cielo morado. Cuando todo presagia la noche por los templos, la soledad del eco gutural en las bocas, ...

 

   El alfanje secreto (XXI)

primeros versos

Con la pasión secreta y erosiva del agua, el lirio se levanta sobre los albañales, regala su lunar plenitud de blancura a la alquimia secreta de los asperjadores y anuncia la costumbre fluvial de otras mañanas en los tibios jardines dulces del paraíso. ...

 

   El alfanje secreto (XXII)

primeros versos

Quien escribió estos versos no tuvo el privilegio de conocer los días de un futuro imposible: no percibió la imagen cabal del universo, no supo de Alighieri, ni de Shakespeare; no estuvo en las arrebatadas ocasiones solares por las que transitaron tal vez sus sucesores. ...

 

   El ángel necesario

primeros versos

¿Qué significa un sauce? ¿Llora con los pastores de Virgilio el paisaje? El diente de un león, ¿tiene un significado además del indicio de su inquietante acecho? Un rabilargo, el verde feraz de aquella vega, ¿qué símbolos transitan? ¿Dónde habita el sentido de las hogueras blancas ...

 

   El reino de los hielos

primeros versos

 

   La aljaba del viajero (I)

primeros versos

Aunque entre sus mayores se pudieran tal vez contar Mutasim mismo y quienes lo vencieron. Fernando Quiñones La almendra de la noche en los aljibes hondos de la memoria. Volverás a La Zubia cuando en la madrugada el viento agite banderas de silencio sobre los torreones. ...

 

   La aljaba del viajero (II)

primeros versos

En las encrucijadas de Basora el viajero se adiestra en el hábito cruel de la renuncia, en curvas de laberinto o álgebra cifrada de los días. Vivir es desistir, es ir dejando en cada paso un fardo incierto de penumbras o luces que el futuro irá desmoronando por turbios albañales sin cielo ni horizonte. ...

 

   La aljaba del viajero (III)

primeros versos

Como un leproso oscuro, también tú has escapado bajo estrellas secretas, por sierras tenebrosas, por ríos rigurosos y desiertos salados. Has sufrido el estigma ardiente de los días, la raíz tuberosa de los amaneceres, el tiempo y los cimientos húmedos de la tarde; la arcilla de los años, ...

 

   La aljaba del viajero (IV)

primeros versos

Los almuédanos ciegos con sus cinco llamadas, como cinco punzantes aguijones de sombra, te recuerdan hirientes y certeros los cinco años de lanzas negras y estandartes de muerte, de sueños intranquilos, nómada de las cuevas, con el perro acezante del hambre en el costado. ...

 

   La aljaba del viajero (IX)

primeros versos

En esta noche de caballos negros que galopan furiosos y van rompiendo nubes con el sonido sordo que anuncia las tormentas, ser, como Ulises, nadie; y en alta mar sacarle la hiel al tiburón fogoso del recuerdo. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   La aljaba del viajero (V)

primeros versos

Los puentes van trazando su leve alegoría del mundo: los puentes se atraviesan mirando el vado oscuro que dibuja en la orilla la azul caligrafía del recuerdo, sus pasadizos turbios, la trama del tapiz con las uvas de Trípoli, la taracea secreta que va labrando el agua con ese empeño inútil ...

 

   La aljaba del viajero (VI)

primeros versos

Si vuelves a Damasco, viajero, ponte un velo delante de los ojos, que el sueño aún no ha pulido en los muros de adobe la arista del dolor. La madrugada, el gallo de cobre por las cúpulas. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   La aljaba del viajero (VII)

primeros versos

Cuando estabas mirando las naranjas amargas de los huertos de Murcia, el hijo de Ismaíl, el ciego del mercado de dátiles de Málaga, te ha tocado en el hombro para decir -y has visto en su acento la tinta verde de la nostalgia: - Si vuelves a Ispahán, tráeme bulbos de nardos azules ...

 

   La aljaba del viajero (VIII)

primeros versos

Como la torre que en la costa aguarda, cercada de palmeras y arenales, el improbable ataque berberisco; como la torre expuesta al oleaje exacto y riguroso y erosivo de los días y los soles implacables Como esa torre tú, como esa torre. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del ...

 

   La aljaba del viajero (X)

primeros versos

¿Estar en otro sitio...? El viaje verdadero es aquel que se emprende sabiendo que ya nunca volveremos al punto de partida, a la exacta certeza de los puertos que dejamos atrás. ¿ Lo demás? Excursiones y argucias de la niebla. El viajero cabal es el que nunca vuelve, quien rompe las amarras ...

 

   La memoria, ese alcázar (I)

primeros versos

El pasado es arcilla que el presente labra a su antojo. Interminablemente.J. L. Borges. Con letras coloradas dibujas en el yeso la geometría del verbo fugaz de los cometas, la compleja gramática de la veleta, el álgebra secreta de las hondas albercas del recuerdo, ...

 

   La memoria, ese alcázar (II)

primeros versos

La hora de los rabeles y los gatos, antiguos y silentes guardianes de las puertas del templo. Golpeas con una aldaba la entrada transparente del tiempo. Igual que un sátrapa poderoso y altivo, subes a los adarves para ver acercarse, desde los arenales suaves del horizonte, al mercader ...

 

   La memoria, ese alcázar (III)

primeros versos

Los arcángeles tristes de la memoria bajan hasta los arrabales con hogueras y estanques. Has sentido su vuelo de niebla por las torres cuando la luz delgada te clavaba en los ojos la herida de la aurora, las almenas, la vega leve como las túnicas azules de Ifriqiya. ...

 

   La memoria, ese alcázar (IV)

primeros versos

Como a los lobos negros que por la noche bajan, envueltos en la sombra, al río para beberse estrellas y ventiscas, la memoria, ese azogue opaco y cuarteado, te devuelve al secreto oasis y a los corceles planos del espejismo. Otra vez es la turbia sintaxis del recuerdo, la ballesta tensada ...

 

   La memoria, ese alcázar (IX)

primeros versos

Un hombre es el paisaje de las ciudades que ama: Sus callejones lentos, sus fuentes musicales, sus estanques secretos, sus arduos laberintos, sus plazas numerosas, sus jardines en sombra y el difuso horizonte que ve desde sus torres. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del ...

 

   La memoria, ese alcázar (V)

primeros versos

Los cristales de plata del laúd de Ziryab restituyen tu infancia en los palacios de agua. Con una antorcha subes a los altos alcázares de la memoria y miras latir a la ciudad: los alminares negros, los patios, las hogueras de los amaneceres, el aljibe, el incierto astrolabio del lento mercader ...

 

   La memoria, ese alcázar (VI)

primeros versos

La ciudad de los ojos en tu recuerdo: el hilo de luz en las callejas, los narradores ciegos de cuentos, los viejos adivinos, los camellos que traen maderas aromáticas. El desertor, las torres, la algarabía del zoco, los mercaderes tristes de marfil y tapices, el azafrán, las cúpulas, ...

 

   La memoria, ese alcázar (VII)

primeros versos

Los ríos del paraíso en las lentas marismas de Hudaybiya, la médula insondable del limo. Con cálamos del Tigris dibujas en el aire la sedición del tiempo, las torpes abluciones, el anaquel de arena, el alfar, la carcoma, las altas caravanas que devora la luna. ...

 

   La memoria, ese alcázar (VIII)

primeros versos

El lugar de la luz en la alcazaba inmóvil bajo la media luna. Perdida la memoria, tener la indiferencia mineral del lagarto, la madurez cansada de la granada abierta y, como los profetas, el don de obrar milagros. De: Cuaderno de Abul Qasim Selección del autor

 

   La orilla del invierno

primeros versos

Así tuvo lugar el único viaje F. Brines I Surcarás otros mares de amarga geografía. Volverá con las naves la paloma del sueño, el velo del ocaso, la túnica del alba fría de los inviernos. II Sobre este mar de sueños el ocaso te avisa acantilados. Sube a la gavia más alta. Date al recuerdo, ...

 

   Las islas orientales

primeros versos

sueño con los serrallos azules de Estambul A. Colinas I Detrás de las almenas frágiles de los días, sólo una patria, Livio, leve al hombre: evocar las hogueras en la cima del monte azul de la nostalgia. II Por el confín amargo de la memoria, pájaros, espumas y la lengua azul de la nostalgia. ...

 

   Lear bajo la tormenta

primeros versos

Blow, winds and crack your cheeks Shakespeare Sobrevuelan los buitres mi ceguera de nieve. Ladran los perros. Anda despierta la mentira mientras la esquirla afila su venganza agudísima por mis ojos nublados. Un erial pedregoso como una penitencia abona mi osamenta y nutre la morada ...

 

   Los puertos de la tarde

primeros versos

veo llegar cada tarde mis restos a la playa J. Rodríguez Marcos I Así como el que cuenta sus denarios, pesadamente inclina su esqueleto de plomo en la tarde imprecisa, así tú vas contando los ocasos del agua, los ríos inseguros, los barcos que se llevan el eco de los címbalos ...

 

   Pastoral de otoño (Con Leopardi)

primeros versos

Sentado en una piedra he aprendido a mirar la tarde con los años, más allá del paisaje, más allá de los hombres. La luz dominical de una campana blanca suena alegre y lejana y viene de la infancia. Me he asomado al abismo donde el cuervo levanta la urgencia de su vuelo ...

 

   Vocativo singular

primeros versos




LIBROS EN PDF DE SANTOS DOMÍNGUEZ RAMOS EN PALABRA VIRTUAL



 
  Cuaderno de Abul Qasim   
 

 
  La orilla del invierno   
 

 
  Las sílabas del tiempo