GRACIELA BAQUERO | |
Al pasar las construcciones la retrasan la distraen sonándose unas contra otras. Y ahí está el aire dispuesto a arrastrarla. El otoño nunca vuelve esta temperatura ayuda a morir sin espanto. La mujer busca dónde dormir en las puertas de las grandes sucursales y sueña que realmente duerme. . ... | |
Todo es luz para los ojos móviles del sueño bajo los párpados se despliega la plácida temperatura de una playa y allí está él y ella que era yo sin más sonido que la presencia del otro enfrentados doblándonos sábanas haciendo coincidir las puntas del afecto él y ella que era yo se acercaban ... | |
Olvido se descuida. Su cabello es una maraña inviolable. Tiene largas las uñas, negras de hurgar, con la misma habilidad, su cuerpo y la basura. Se descuida y sin embargo no me pierde de vista; ella mete un palo en la boca del perro que me muerde y derriba la puerta de la casa ... | |
Todos los años, al comenzar la primavera, bajamos hasta el río por ver como el suicida de la dársena siete sale del agua y lo vuelve a intentar. Selección: Manuel Francisco Reina. | |
Soy el olfato de ese perro esa dirección que llega pone el hocico entre mis piernas y manso reconoce Es entonces cuando mi hembra se queda sin mujer. Selección: Manuel Francisco Reina. |