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WINÉTT DE ROKHA

 

   Cabeza de macho

primeros versos

La mancha trágica de tus cabellos, encarna un mar fascinante y entenebrecido. Albea tu frente magnifica, escrita de surcos, y tus sienes como dos azucenas puras. Tus cejas y tus pestañas interrogadoras recogen la esmeralda enferma de tus ojos. Se destaca en la oscuridad del fondo ...

 

   Cabeza de macho

primeros versos

 

   Estaño

primeros versos

Entre las piedras, brotadas de musgo, se estancó la pena, como agua de lluvias desmemoriadas, Flor malsana, mujer eterna, abandonada y obscura mano de pétalos de aluminio. Caravana de polvo, siniestra, multitud de agujas envenenadas, rebozo gris, gabardina de ocaso, ...

 

   Fotogafría en obscuro

primeros versos

Resuena en las amapolas del cielo mis historia de piedra dormida, desde el suceso inmemorial de los crepúsculos. Prolongo mares de árboles besando el camino sin término. Entrego a la vida mi sombra de calle tranquila; -balcón en la ciudad de los arabescos inusitados-. ...

 

   Otoño en 1930

primeros versos

Sobrecogida, bajo el arco cándido de los vientos azules, arrojo desde mi balaustrada en avance, (como labios que van a besar), la mirada hacia el océano amarillo. Todo vive ese olor mojado de rasal llovido y de naranja; el gato -flor de cardo de invierno- se elctriza y se hace cantar, ...

 

   Padrenuestro

primeros versos

A menudo la soledad, con su gran rumor de silencio, merodea en mi alma. Las almas oscuras de los murciélagos, azotan ilusiones sombrías en los vidrios. Friolentas, las chimeneas echan su aliento triste, hacia los caminos libres y sin huellas del cielo y del tiempo. La respiración de flor del niño ...

 

   Rueda de fuego sin lágrimas

primeros versos

Era el tiempo inmóvil de la flor del jacinto; (cuando yo era como las manzanas). Y tú viniste, como todas las cosas, que se encienden en el universo: las tempestades, las sombras de la vida. Y sin embargo... venía tan nueva la composición de caminos debronce que andabas edificando. ...

 

   Trenzas de humo

primeros versos

Porque los exaltados nubarrones descienden en la soledad del amanecer, y los altos tejados inyectan su veneno de hastío, y sobrepujan a la onda exterior y superficial del día. ¿De dónde han venido aquellas mariposas tan amarillas, a deshojar un collar de ébano alrededor ...