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SUSANA REYES

 

   Dragones de cartón (I)

primeros versos

La tarde es azul como su rostro. El día se despinta sin pompa de las paredes y la fiebre de sol hace crujir los huesos de los edificios el único abrigo (sus abrigos) son el ruido y la esperanza de no despertar.

 

   Dragones de cartón (II)

primeros versos

El con su sonrisa agrietada extendió sus ojos y pidió una limosna En silencio se marchó con el frío de la tarde llevando la neblina como abrigo perpetuo y llevando como sombra las luces de la calle.

 

   Dragones de cartón (III)

primeros versos

La humedad corre sin aviso. En la ciudad caracolean desnudos se enroscan buscando calor en el asfalto el centro blanco de la noche sólo puede regalarles luz ¡Si tan solo fuera queso! Si tan solo se llevara el hambre

 

   Dragones de cartón (IV)

primeros versos

Ellos son dragones de bulevares frente a caballeros en resplandecientes armaduras rodantes Ellos con las manos extendidas. Ellos gritan y pasan libando el níquel como mariposas negras entre el tráfico Otros llevan noticias con la primera plana en sus caritas con la tristeza y la alegría ...

 

   Dragones de cartón (V)

primeros versos

Algún día habrá un nuevo lugar donde pasar el invierno ahí se reirán las ventanas de las gotas impertinentes, rabiosas niñas alejadas de vitrinas. Por hoy te veo andar las mismas calles como dragón ambulante, malabarista del tráfico vigía de la noche

 

   En el hueco de tus manos

primeros versos

En el hueco de tus manos pongo tu nombre y lo bebo a sorbos, tus minerales se licuan con mis soles y en la memoria la leyenda de tu cuerpo se vuelve mariposa, limpio las soledades a tus pasos, entonces te acuno entre mis ojos entonces te limpias el sudor y recoges mis ...

 

   Familia

primeros versos

I Su hermano se subió a una cisterna que lo llevó al paraíso sus hijos decidieron navegar en botes de vidrio y las hermanas prefieren pasar sin dormir los días. Él no sabe cómo describirse no sabe si es útil, donante negante. II No hay fiesta en esta vía. Los feriados son voces que pasan ...

 

   Hagamos un poema...

primeros versos

Hagamos un poema, con tu piel y mis labios con la brisa de noviembre y los aguaceros de junio. Pintemos de pájaros y madrugadas nuestras espaldas sudorosas. Amamantemos nuestra sed con el crepúsculo tímido y solitario que se corona de lunas desparramadas en las gotas de los ...

 

   La loca

primeros versos

I Ella sólo quiso otorgarle a la vida el estremecimiento de sus entrañas liberar de los hombros los cabellos marchitos internarse en el cotidiano ardor de las hojas en el agua. II Se liberó de las culpas desnuda y feliz regaló su risa al naranjo de la tarde no le interesó más que tenderse ...

 

   La nueva ciudad

primeros versos

Tengo dos meses de poemas esperándote en la mesa, un chorro de sueños pendientes en mi almohada la soledad más grande que pudo sentir la casa sin vos. Tengo también las últimas noticias, el reloj con la hora afilada, la cama que se encorva para evocarme tu silueta, la geografía ...

 

   Podré por fin...

primeros versos

Podré por fin escapar del silencio si acaso me permites merodear los huecos en el espejismo. Mi mano y mi voz están cansadas de dibujar en vano los espacios de saltar suicida las barandas que me llevan más allá de tus ojos. Leo tus palabras con un eco desconocido imagino ...

 

   Por qué no jugamos...

primeros versos

Por qué no jugamos de nuevo a los gatos enamorados, aquellos que cruzan tu calle en las noches de luna y se pierden en los inviernos de los tejados solitarios. Por qué no jugamos a recorrernos los accidentes con los ojos abiertos y con la luna llena alborotándonos la ...

 

   Tengo un sueño dormido...

primeros versos

Tengo un sueño dormido en la espalda una ilusión que bate alas en mi vientre. Tengo siete letras tatuadas en mis manos para escribirle a un papel en blanco tu sonrisa y un balcón en mi calendario para dejar entrar tus golondrinas.

 

   Yo te descubro

primeros versos

Yo te descubro -hombre- en cada verso y he aprendido a descifrar tus pasos. Ellos son las esfinges yo, Edipo.