DAVID MOYA POSAS | |
Duele que el mar, sitiado por la arena renazca en cada aurora y cada espuma y que la ausencia de la flor asuma en nuevas rosas su verdad mas plena. Duele que el luto que la tarde estrena resurja en cada sombra y cada bruma y que, perenne, el llanto se resuma en las resurrecciones de la pena. ... | |
Si por instruírme de amorosa llama y confiar en la rosa y su armonía me agrede la impiedad de noche y día y el dolor me cirdunda y me reclama. Si por amar la tierra donde se ama y no empuñar el odio todavía tengo a la soledad por compañía y en mi la sed se anuncia y se proclama. ... | |
Pende tu olvido sobre mi nombre oscuro como prende la hiedra desde el muro o la luz de la estrella en el vacío. Así, silvestremente como el vuelo cuelga sutil del cielo o como maná de su fuente el río, te llevo en mí, sin desamor ni empeño, sin saber si eres ansia o eres sueño, si eres amor ... | |
La penunbra humedecida se tendió cómo un abrazo y alumbraron los espejos de la antesala del llanto. Hasta las piedras el pulso fue llevando su delgado paisaje de enredaderas y bosquecillo aromático. La vida le hacía gárgaras por las grietas del costado y a la tiniebla oprimída por las cárceles ... | |
Si todo nace, crece y envejece y todo muere al completar su día y el mismo fuego acaba en agonía y la pasión en la frialdad perece. Si nada en esta vida permanece y nada escapa de su cesantía si la palabra misma desafía en vano el tiempo donde desaparece. En tus ojos no ha muerto ... | |
Una es la espera y la esperanza es una. Una es el llanto y una la alegría. Una la sombra de la noche fría y uno el sonido blanco de la luna. Una es la sed sin esperanza alguna. Uno es el sueño y una la agonía. Uno el crepúsculo en que muere el día y una la faz del polvo y de la cuna. ... |