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ANGELA LEITE DE SOUZA

 

   Al pasar otra hoja...

primeros versos

Al pasar otra hoja de oraciones marianas un día nuevo comienza con promesas cargadas de energía... En el cielo, tronada. En el piso, calzada. En el cuarto, Donana, con el alma vacía. Volviendo a pasar hojas cansadas de un viejo misal donde flores del mal quedaron escondidas. ...

 

   Alguien recuerda cómo ...

primeros versos

¿Alguien recuerda cómo se llamaba la enredadera que se asomaba por el hombro de la cerca vigilando la calle con fragancia de miel y de dulces memorias? Nadie olvida la casa de la infancia siempre clara y alta y lo bastante amplia para todas las historias. Pero entre olvidos ...

 

   Aquí va la encomienda

primeros versos

Aquí va la encomienda hace tiempo prometida. No va certificada, prefiero la garantía de este sello que pego con celo y saliva. Destapa la caja a la manera bien minera: Minas jamás se entrega la primera. ¿Ves las cortinas de vagones en fila? ¿Las colinas diamantinas? ¿Las lamparillas ...

 

   Dame el cuchillo

primeros versos

-Dame el cuchillo. -Pásame el tazón. -¿Me alcanzas la sopera? La mesa eternamente puesta para la posible visita. El espíritu minero el arranque hospitalario imposible desde el pasado fijo me mira.

 

   Me hundo

primeros versos

Me hundo en estos pedazos me pierdo en tantos trabajos lavar blanquear almidonar tejer cortar y coser descascarar sofreír escaldar... Ay, vida en filamentos labora de brasa y pan de maíz faena agridulce a fuego lento. Ay, si el tiempo fuese llave goteando verja que abriese hacia el futuro. ...

 

   Mi deseo...

primeros versos

Mi deseo ahora: no tener ningún deseo o mejor, sentir gula del canto de un gallo fuera de hora sólo por el gusto de despertar en este pecho ajado alguna aurora (Traducción: Julia Calzadilla Núñez)

 

   Perdí el tren

primeros versos

Perdí el tren y el miedo de perder. Perdí el tren y el miedo de perder trenes. Perdí el tren y el miedo de perderte Perdí el tren y el miedo de perderte, ¡tren! Perdí el tren por miedo de perderte. (Traducción: Julia Calzadilla Núñez)

 

   Treinta indulgencias...

primeros versos

Treinta indulgencias cien jaculatorias. Tantas penitencias padres -nuestros y glorias novenas patenas sotanas y credos y cruces y salves en las capillas de las grandes grutas entre los oros de las matrices... Pero Dios, el Verbo en persona, ¿resuena en la voz de las campanas? ...

 

   Y ese sonido...

primeros versos

Y ese sonido que poco a poco a se apodera de toda la ciudad ¿es acaso quimera o fiera de verdad? Es un convoy de vagones que con su chillido corre y en cada triste grito el pasado llega. Pasa el pasado y descompasado algún corazón brincotea con el pito.