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EDUARDO CHIRINOS

 

   Biografía de una noche cualquiera

primeros versos

Reviens-moi fanlôme de mes nuits, revois-moi que je me trouve César Moro Atravesar un pasadizo a oscuras, palpar la tibia humedad de sus paredes, su babosa suavidad de recto laberinto. Hacia el fondo una luz Gritas pero nadie escucha tu grito. Tiemblas, pero nadie siente tu temblor. ...

 

   El equilibrista de Bayard Street

primeros versos

Para Roxana y Jorge, que las han visto. Camina de puntas el equilibrista de Bayard Street, evita el abismo la mirada y arranca de cuajo toda pretensión, ¿de qué sirven el heroísmo, la grandeza, el entusiasmo? Poca cosa es la vida para el equilibrista de Bayard Street, ...

 

   Fragmentos de una alabanza inconclusa

primeros versos

Debe haber un poema que hable de ti, un poema que habite algún espacio donde pueda hablarte sin cerrar los ojos, sin llegar necesariamente a la tristeza. Debe haber un poema que hable de ti y de mi. Un poema intenso, como el mar, azul y reposado en las mañanas, ...

 

   La tranquilidad es un campo de arena/ Recita a Garcilaso en las playas del sur

primeros versos

El mar, las piedras, algunas gaviotas, gaviotas blancas, grises, de pico anaranjado, maderos rotos, moscas sobrevolando el cadáver de un lobo marino (hermoso animal varado por las aguas) corrientes aguas, puras, cristalinas y una toalla húmeda secando nuestros pies ...

 

   Raritan blues

primeros versos

Para Margarita Sánchez Aquí no hay bulla ni miseria, sólo un bosque de árboles mojados y cientos de ardillas correteando vivaces o escarbando una nuez. A lo lejos un puente una interminable fila de automóviles retorna a sus hogares y nubes balando ante un perro pastor y amarillo. ...

 

   Retorno de los profetas

primeros versos

Para Antonio Claros El sol se hará oscuro para ellos pero pronto han de volver Miqueas III, 6 Los profetas han muerto. Cuernos de guerra anuncian la pronta llegada de la peste, nuevos tiempos de miseria y escasez. El campo de batalla está desierto, el cielo se oscurece, ...

 

   Ridiculus Mus (Epístola a Quinto Horacio Flaco)

primeros versos

Horacio, jamás tuviste mujer que te abandonara en los cinemas Tampoco tuviste que aprender a rechazar un cigarrillo Ni a esconder tus flacas piernas debajo de la túnica Sólo corriste indiferente hacia los campos Y fuiste feliz comiendo con la plata de Mecenas Jamás subiste solo a los tranvías ...