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DOMINGO F. FAÍLDE

 

   Acrópolis

primeros versos

La soledad, las calles, tus pupilas. El alba, vistiéndose de tul, bajo la lluvia levísima, imprevista, que arrecia desde el Sur. Amanece despacio, va encendiéndose el valle que desciende de tu mirada al mar. Porque eres tú la lámpara que hace arder el paisaje y asciende por los fustes ...

 

   Alguien escucha un disco de John Lennon

primeros versos

Viene del lado inmóvil del tiempo, suena desde una cueva oscura esa voz que nadie localiza, flota en el aire, se empoza en la nostalgia, como un presagio líquido, surcando la penumbra gris del atardecer. He aquí, en un remolino de pájaros, la música; el vértigo indomable de la voz, ...

 

   De Omnibus Martyribus

primeros versos

Con los ojos vaciados, desfilan por la noche. Son extrañas siluetas que deambulan, sonámbulas, arrastrando cadenas, en medio del humo. Puedo verlas, silentes, subir al autobús, sin que sus blancas túnicas se manchen de polvo ni los descalzos pies rocen los excrementos. Extraviadas, ...

 

   Dial de madrugada

primeros versos

Muchos siglos atrás, tantos acaso que la historia siquiera los contaba, se podía escuchar el Universo. En noches como ésta (Pink Floyd, sonido digital, 100 Mhz.), algún hombre, perdido en la montaña, buscaba los caminos del cielo y escuchaba los motores del mundo, las hélices galácticas ...

 

   Donde evoca el poeta un verso de Estellés

primeros versos

A Dolors Alberola A la luz de una lámpara, arropados tan sólo por el silencio que, invisible, rodaba entre los muebles, los ojos devoraban las páginas de un libro y ni siquiera el leve murmullo de la lluvia se dejaba escuchar en la estancia. Éramos, solamente, dos cuerpos fatigados, y, ...

 

   El náufrago

primeros versos

Si te asaltó el otoño en alta mar y, lejos del abrigo del puerto y sus buhíos, amenaza zozobra tu velero, aférrate al timón, endereza tu rumbo hacia otras radas y dispón lo preciso para resistir el invierno. No intentes regresar: en el océano sólo el abismo emerge a estas alturas ...

 

   El sueño del caballero

primeros versos

Sueñas, joven amigo, con las dádivas que te ofrece la vida. Mas la vida -recuérdalo- es tan sólo esa fiebre instantánea que señala tu presencia en el mundo, la misma irrealidad de tu sueño. La vida, que no el tiempo, porque el tiempo sea acaso todo cuanto posees, es decir, ...

 

   Elegía

primeros versos

Noviembre va dejando una estela de sombra en mi camino, como si todo el año, como si todo el tiempo que aún hube vivido volviérase de noche, vacías sin remedio las tristes avenidas en las que ya el invierno planta sus pabellones. Quizá que en este instante, ya madura la historia ...

 

   Emulando a Galileo

primeros versos

No llegarás muy lejos, le advertían. Mas él perseveraba, año tras año, golpe a golpe, y acaso algunos versos para justificar su testarudez. Ése no es el camino, le dijeron. Pero él siguió adelante, centímetro a centímetro, creyendo en cada error que la paloma ya no se equivocaba. ...

 

   Epigrama

primeros versos

Confiabas, necio, en la posteridad, y al juicio de la historia legabas tus minutos. Al trueque del futuro inmolaste el presente, renunciando a la gozosa potestad del acto, al impagable deleite de morir en cada gesto. La sentencia del tiempo no mostrara mayor benevolencia. Mas ahora eres viejo ...

 

   Episteme

primeros versos

Un mito es una antorcha. Y vienen marineros detrás de la presencia que, débil, recompone la estatua de la luz. Belleza. Como un jardín abriéndose a la quietud del cosmos en la noche. Sólo así percibimos. Veneramos. O acaso, quebrada claridad de los torrentes, ...

 

   Eros, Thánatos y un reloj

primeros versos

Apoyado en el muro, contemplaba unos cuadros antiguos. La lámpara amarilla del crucero iluminaba apenas las borrosas imágenes, acaso exagerando su palor. En su rural tenebra, destacara el pintor la carne lívida de Eros y Thánatos. Al lado de aquel lienzo, ...

 

   Estado de gracia

primeros versos

Surgiste de la aurora (Albinoni, irreal, sobre la prieta luz de plata tremolase pálidos gallardetes, mientras por la ventana abril desvanecía cítaras a los árboles, y el índigo vergel de tu cuerpo tendido rutilaba alabastros lascivos en la estancia). Como antorcha de pétalos, ...

 

   Finis Gloriae Mundi

primeros versos

Cuando la noche adviene. Cuando sedienta cae como un anciano ebrio que, súbito, desplómase y, títere del vino, si de la edad, arrastra su mísero esqueleto sobre la acera impasible. Cuando oscura la plaza y oscuro el mar también y la alcoba, oscurécese el reducto letal del corazón, ...

 

   Ghost

primeros versos

Hoy he visto a la muerte. Caminaba hacia mí, e iba avanzando con el paso impasible de los que nada tienen que perder. Vestía unos blue-jeans y camiseta y calzaba playeras italianas. Tras las gafas oscuras de diseño se adivinaban frías sus pupilas, una pantalla acaso de ordenador ...

 

   La biblioteca de Beardsley

primeros versos

Si cierro la ventana, si la helada penumbra enciendo de esta estancia, el otoño, la quejumbre amarilla de la tarde, la dulce llovizna con que acaso trenza su vals la luz, quedarán a la puerta, seguirán a la puerta, aguardando el discurrir monótono de la eternidad, mientras aquí desfilan mares, ...

 

   La vida se nos va...

primeros versos

La vida se nos va, ya ves, como leímos en los libros antiguos: en un soplo. Lo supimos entonces, acuérdate, admirando los versos de Virgilio. También a estas alturas, llevamos con nosotros los oscuros penates, y su lista se expande como en una batalla. ...

 

   Ordalía

primeros versos

En el fuego pondré siempre mi mano, que prueba es de mi fe para probarte, y bajaré contigo a los infiernos por arder más profundo y encendido. Mas si en prenda de amor quemarme quieres, envuélveme en tus brazos y cubre con tus piernas mi cintura: que no me sea posible sino ser llamarada ...

 

   Origen del idioma

primeros versos

De todas las palabras han de pedirnos cuentas. Pronunciadas o no, y aun impensables, han de comparecer contra nosotros, testigos del olvido. De todas las palabras: sobre el barro, sobre la luz, sobre la noche, fueron escritas con la tinta sagrada del silencio. Sobre la lluvia. ...

 

   Volver al Paraíso

primeros versos

Así la eternidad era el minuto.Vicente Aleixandre Desnuda, y nada existe en este anillo funeral que inclina su sombra bajo el tiempo, y es tan sólo letargo la estancia, aquella lámpara que se apagó de pronto en la caricia de una ciudad celeste, mientras estoy tomándote en la complicidad ...

 

   Zona catastrófica

primeros versos

No toleran los dioses la felicidad de los hombres. Perversos, sin duda, bienestar, placer o dicha, que el orden contravienen o desafían la espada o arrancan a los astros sus secretos designios, porque son como antorchas e incendian los templos, hurtándose al arbitrio del resplandor ...