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GUILLERMO QUIÑONEZ ALVEAR

 

   Balada de la galleta marinera

primeros versos

Canto que a nadie ha de interesar es éste. Ahí reside su júbilo. Ni al predicador inútil y solitario, ni a mí. Ni a esa joven morena, toda sollozos, por un sueño venido, seguramente, desde los ojos de un santo, tan santo, Que nunca hizo un milagro. Dos fantasmas le robaban los senos ...

 

   Canto a los muros de piedra

primeros versos

La arquitectura salta toda al fondo de los ojos. Así, la muerte, su caballo y su espada. O un avión ubicado al irse el sol. Ayuntando piedra con piedra acontece en un juego de exacta llama sin tinieblas. Alianza y pacto de ciudades distantes, de hombres que adoran dioses obscenos y crueles ...

 

   Canto al cartero

primeros versos

(a Esteban Santa Coloma) Hombre que has cruzado todas las civilizaciones como cualquier astro o insecto alrededor de la noria de la tierra. Serviste al emperador de la China, entre dragones de piel de alucinado verde, de un verde de minas de esmeraldas, en las que hubiéranse derrumbado ...

 

   Cuando los veleros anclaban en Valparaíso

primeros versos

(a Carlos Hermosilla Alvárez) Yo habitaba las moradas silenciosas de tus ojos. Cuando cerrabas los párpados, escribía tu nombre o cerraba tus besos. Tenías la frente alta y limpia de las primeras albas, donde nacen las plumas con trinos y se recuerdan los sueños. ...

 

   Desierto de Atacama

primeros versos

El pavor de la nada engendró esta latitud de espanto, y el existir de tanta soledad sin párpados para el duelo. Aquí se sucedió el parto antiguo de la muerte. Aquí, el silencio me mira frente a frente. Ahí está el polvo, con su hocico voraz y su estatura de tormenta. Ahí. Ahí, las piedras ...

 

   Potro de azufre

primeros versos

¡Oh tu Satanás! Taumaturgo nocturno, sembrador de luceros, de silenciosos y tintas maléficas. Escenógrafo mágico de los países feéricos, alucinados. Ahí los buhos. Ahí, las luciérnagas. Ahí, los murciélagos, los felinos y las lechuzas. En qué noches. Bajo los cielos de que Gomorra se gestaron ...

 

   Primavera

primeros versos

Del guano de los establos moscos de verde peto. Fiesta de doncellas tristes para las moscas de negras patas; ámense las carcomas en las maderas tibias fragantes a mosto viejo. Agriétense las murallas. Rómpense las corolas. Estallan las pulpas ácidas. Los insectos, niños traviesos, ...

 

   Réquiem para los poetas muertos

primeros versos

¡Oh funeral! ¡Sin responso! Sin toque de bronce de campana trizada. Sin embargo naufragastéis como los viejos marineros o los imberbes grumetes, a millas de los Puertos, en alta mar y tempestad ¡solitarios! Tomados a los más lejanos horizontes y los dedos quemados de tabaco. ...