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AGUSTÍN LABRADA AGUILERA

 

   Alucinantes muros

primeros versos

Entre mi padre y yo está la guerra, aunque a veces las balas sean este silencio, un silencio que hiere y levanta arrecifes con dragones, mentiras herrumbrosas, alucinantes muros. Cuando mis armas eran la inocencia, año tras año fui enumerando su demonios hasta armarle una cruz ...

 

   Antes veía los astros

primeros versos

Detrás de nuestros vidrios todos acertamos la doble faz de las épocas. Pienso en el destierro dentro del mismo anillo, la reconciliación que siempre nos visita cuando ya hemos soterrado la confianza. Antes veía los astros en las caras vecinas y aquello que nombré alegría era una tela ...

 

   Asi justificamos el terror

primeros versos

Uno se bebe el cielo cuando atardecen las ciudades, se desliga del mito y tensa otra figuración de la anarquía, que nos fragmenta al delinear la identidad en Juan o Pablo, el norte o el oeste. ¿Qué pensarán los otros cadáveres del mío?, si vamos camino a una densa estocada al trasegar ...

 

   Círculo y utopía

primeros versos

De falda en falda se trenza nuestra huida, porque la libertad se alisa con el miedo, y muy contados hombres podrían sostenerla entre sus cardos. De la madre a la novia, de la esposa a la amante, de la amiga a la muerte, buscamos esa hoguera que nos ata todo un enorme siglo ...

 

   Con el viento y la suerte

primeros versos

Se extiende mi voz, alfanje hacia su noche, hiere las máscaras, se anilla entre los libros y alumbra como tigre. Libertad mía de diálogo sin rostros, ¿me escucharás como yo escucho al orbe ahogarse en un naranjo? Dibujo el fin y agradezco al maizal con sus espigas, si los peces y el canto ...

 

   Di nombre a un astro

primeros versos

Di nombre a un astro y oscureció mi pez como ese lirio, negro para su estirpe, frágil ante los soles, borrado en el desierto por la luna. Morirá una cigüeña, si permito volar frente a este muelle cuerpos y mares que no navegaré, cuando sean deseados y no vuelvan sus olas. Doy mi pecho ...

 

   El fin de la avenida está en el sable...

primeros versos

El fin de la avenida está en el sable de Calixto García, que a caballo se aquieta con la espuma. Yo lo contemplo acostado en el muro, que escinde la ciudad del universo, y alucino el jazz y las mujeres de aquellos trasatlánticos, apenas dibujados por sus luces. Hace dos horas ardió un viñedo ...

 

   El poema de Norma

primeros versos

He cruzado esta isla como fiesta de pobre y creo en sus prodigios, pero toda la angustia cae dormida a mis ojos y no llego a decir más que la noche. Cruzo otra vez la isla y trueco mi destino entre personas que mueren de su propio rencor cada mañana. Pero tropiezo con tus ojos ...

 

   El rastro de los ángeles

primeros versos

¿Quién tiene el as de oro?, ¿quién la ruta precisa donde darán las buenas noches sin que la barra el humo? Todo fluye hacia un fin y crea la nueva ausencia. No podemos asir nuestra fortuna, traducir santo y seña en múltiples reinados si hasta vencer nos deja un gesto ocre. ...

 

   Espadas insaciables

primeros versos

Flotan sobre Itaca toda mi oscuridad y mi fulgor: espadas insaciables que me vencen y cantan. Tras sus gaviotas, la madrugada exilia mi corazón, y alcanzarlo no logro ni en un eco de alba. Tres mil navíos se ahogan en sus barrancos, en los recuerdos, y me toca en la fiesta una cifra de olvido. ...

 

   Inventarme en el vacío

primeros versos

En la balanza, otros ojos definirán mi luz y mi tiniebla. Mi propia nobleza fue la espada enemiga y navegué muy solo, sin poder elegir el arpa o el Infierno. Qué denso es el camino de dos caras. Si mentí, fue para inventarme en el vacío. Si viajé sin llegar a la muerte, fue para mí un misterio. ...

 

   Isla Mujeres

primeros versos

Aquí el mar violenta sus azules contra los arrecifes y se siente un dolor de lejanías. Los náufragos que vienen de mi tierra conocen esa soledad, una vuelta de tiempo hacia el sueño de quienes no llegaron a encontrar sus flores. Por estas costas caminó José Martí y fragmentó su corazón ...

 

   La negra melodía

primeros versos

No volveré hasta mi calle azul, mi antigua novia, la negra melodía que recompone el alma. Nunca podré rehacer una sonata que en su incendio rescate aquella tarde, tus piernas y mi asombro. Estos dibujos son ya polvo pasado y tú: la nada, perdida en un aullido sobre los pastizales. ...

 

   La niña escapa en tres venados hacia el fuego

primeros versos

La niña escapa en tres venados hacia el fuego, no la sueñes junto a esas márgenes celestes. Tú habías esperado su llovizna, navegabas ya en los pinos de diciembre y tropieza de pronto tu vuelo anochecido. Las distancias enrojecen tus fotos y arden en ellas mis colores, como tus ojos vencidos ...

 

   La paz entigrecida

primeros versos

Miro en el charco la tarde en que me entierrany reverdece la paz entigrecida en torno a mi cadáver, donde no se despuebla ni una nube, ni se escucha un solo girasol entre las almas. Oigo volar por el sauce a los perrosque en una lágrima entonan su liturgia mientras llueve la tierra,y afianzan ...

 

   Me abraza entre sus cuervos la llovizna

primeros versos

Hay este jueves en mi sangre un retorno al almendro en cuyas hojas aún fondean sin mí las carabelas, la Virgen sobre el agua, reverdecidos campos como un muerto. El milenio ya oxida aquel velamen de lomas y adoquines, y al sentir tal penumbra me abraza entre sus cuervos la llovizna. ...

 

   Monólogo de Gonzalo Guerrero

primeros versos

Ya no advierto la espuma si al besar mi canoa bifurca mis destinos en el agua, ni el agua que ha tensado la leyenda, desde esta incertidumbre hasta esos naranjales donde rugen los puertos y late Andalucía. Si hubiese muerto allá sería una piedra anónima, dispersa en la metáfora del Tajo, ...

 

   Nadie alcanzó jamás esta mañana...

primeros versos

Nadie alcanzó jamás esta mañana sin desgarrarse en ocres despedidas, cada fortuna esconde sus heridas y el silente pavor de una campana. Uno concibe a Dios como velero en cuyas tablas se erigen las ciudades. ¿Navego en paz y son mis soledades esos pájaros que fijan el sendero? ...

 

   No existe más oasis que tu cuerpo

primeros versos

Mientras dura el relámpago, ardemos lluviosos en su aroma que ilumina tu cama hasta volverla un bote, donde está la pasión tras el diluvio. Mientras dura el relámpago -cuyas águilas roen nuestro ayer-, somos bajo su lumbre el cuchillo y la fruta repitiendo un milagro en pos del alba. ...

 

   No vine de la guerra

primeros versos

No vine de la guerra, nadie lloró por mí al conjurar los actos del aciago linaje con que se van los héroes. No me hice a los océanos ni volví con un farol a hipnotizar las aves. Eso no importa. Toqué la rueca que me concedió el tiempo, pude hilar sus luces y sus sombras, sin aprender ...

 

   Palomas electrónicas

primeros versos

Es mi pantalla un puerto, adonde arriban con frutas los mensajes. Ellos traen rumores de amigos que nos dicen sus nudos por la estepa. La estepa tras un sueño suele ser un fulgor o el infinito. En este muelle no atardezco solo. Palomas electrónicas inundan el crepúsculo, y al aletear sus letras: ...

 

   Para una foto sepia

primeros versos

Desgarra un vals las farolas del muelle donde imagino: mi madre en la pradera, tras la línea del éxodo. Bailando el vals, sonríen a color cinco italianas para una foto sepia, como son mis recuerdos. Viví profundo cuando todo soñaba, sin sumergirme en el rumor de estelas que izan ...

 

   Pecados y serpientes

primeros versos

Ninguna foto eterniza los minutos más dulces y prohibidos que prohibidas mujeres tatuaron en mi cuerpo y me abrigan contra las tempestades, cuando el verdor se agota y me hunden sus gorriones. En ninguna película, flota el océano de mi infancia con sus buques volando sobre los eucaliptos. ...

 

   Primer poema del viaje

primeros versos

Errar en los códigos que atravesaste soñando como ángel, no justifica tu piedad por los años baldíos. ¿Cuántas veces al pie de la frontera se hizo tu piel el doble que te habita? Aquel deseo fue eclipsándose, traicionado y traidor -como mal mercader- que sólo obtuvo pérdidas y un hilo ...

 

   Qué brújula del diablo

primeros versos

Cuando se llega por fin a lo soñado, abatido bajo el polvo de esos mundos, tiende a abismarse nuestra sed si no hay misterio. Volvemos peregrinos de nosotros transfigurando la vasta lejanía. El lobo nos protege en la tormenta, la paloma nos oculta el camino, el lobo y la paloma ...

 

   Segundo poema del viaje

primeros versos

Recordarás el viaje en un tiempo difícil, donde la tempestad no fue del todo fiel a sus poderes. A la hora del caos, alguna coordenada dictó los privilegios de tu simple victoria. No has descendido tanto, un poco de claridad te salvaría. Dos espejos ha tenido el viaje y en los dos te has mirado. ...

 

   Si se acercara el fin

primeros versos

Junto al cementerio toca una banda municipal, las efigies de sus músicos labran una oración bajo la arena y en sus notas se fugan los domingos. Si lloviese, la cruz sería culpable. Si pasara un murciélago y se acercara el fin, ninguno de nosotros hurgaría en sus ruinas. Entonces, ...

 

   Tercer poema del viaje

primeros versos

En casa esperaron las noticias del viaje. Mis cartas eran un falso testimonio cuando dejé escaparse el aguacero, sin retener sus gotas en los párpados. Entre duda y acción: toda la agonía, y en ella he tejido los fragmentos que una vez alegraron nuestro estar en el mundo. ...

 

   Viendo caer el tiempo

primeros versos

Viendo caer el tiempo, la alameda devuelve tus pasos como fin de la imagen, ahora que la ceniza se dispersa en el río y sólo tus palabras lo trascienden. Palabras que se marcan en la niebla. Se confunden los signos entre el arco que lanza su verdad y un hombre eternizado en lo más verde. ...

 

   Yo vivía en el centro de un lago

primeros versos

Yo vivía en el centro de un lago. En un extremo lloraban los vencidos, en la otra margen se iba fundando el alba. Mentían los presagios. La vida, de secreto a secreto, nunca exhibe la misma máscara. Vivía en el centro de un lago y me ahogaba antes de que amaneciera, por eso hablo ...