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EMILIO PRADOS


listado de poemas

 
Alba rápida

¡Pronto, de prisa, mi reino, que se me escapa, que huye, que se me va por las fuentes! ¡Qué luces, qué cuchilladas sobre sus torres enciende! Los brazos de mi corona, ¡qué ramas al cielo tienden! ¡Qué silencios tumba el alma! ¡Qué puertas cruza la Muerte! ¡Pronto, que el reino se escapa! ...

Calma

Cielo gris. Suelo rojo. De un olivo a otro vuela el tordo. En la tarde hay un sapo de ceniza y de oro. Suelo gris. Cielo rojo... -Quedó la luna enredada en el olivar. Quedó la luna olvidada-.

Canción

Si el hombre debe callar, cállese y cumpla su sino, que lo que importa es andar. Andar es sembrar camino y morir es despertar. Quien no ponga el pie en el suelo por temor a verlo herido, por su propio desconsuelo siempre será perseguido. El pájaro está en su vuelo como el hombre está en su andar... ...

Canciones (3)

¿Quién ha pisado en mí? ¿Yo mismo? (La soledad que duermo es mi edificio). ¿El tiempo estuvo en mi presencia?... (Hueca es la sangre de mi carne abierta). Pero en la arena...¡Sí...Descalzo... (Mi cuerpo es cielo en tiempo traspasado). ...dentro de un pie fui mi distancia... ...

Cerré mi puerta al mundo

Cerré mi puerta al mundo; se me perdió la carne por el sueño... Me quedé, interno, mágico, invisible, desnudo como un ciego. Lleno hasta el mismo borde de los ojos, me iluminé por dentro. Trémulo, transparente, me quedé sobre el viento, igual que un vaso limpio de agua pura, ...

Cuando era primavera en España

Cuando era primavera en España: frente al mar, los espejos rompían sus barandillas y el jazmín agrandaba su diminuta estrella hasta cumplir el límite de su aroma en la noche... ¡Cuando era primavera! Cuando era primavera en España: junto a la orilla de los ríos, las grandes...

Hora de nacer (XV)

-Avanza, avanza... -Yo avanzo... Yo estoy. ¡Bajo! En ti me meto, flor, más flor, más flor...¡mi llama! Diminuta flor que fuiste cuando al avanzar bajé: total flor sin dimensiones ahora -unidad de calor- roja, me vas encendiendo en ti, y enciendes un mundo sin relación de corola ...

Invitación a la muerte

Ven, méteme la mano por la honda vena oscura de mi carne. Dentro se cuajará tu brazo con mi sombra; se hará piedra de noche, seca raíz de sangre... Coagulada la fuente de mi pecho, para pedir tu ayuda subirá a mi garganta. ¡Niégasela si es vida! ¡Clávame más tu brazo!... ...

La persiana está rota

La persiana está rota y el sol mete un gajo de luz aquí en mi cuarto: este largo renglón que entre dos sombras paralelas se extiende horizontal frente a mí en la pared, al pie del lecho. No he descansado aún. La noche lleva en su ola mansa enteros los despojos de mi desalojada ...

Noche humana

La noche, perseguida, se entró por mi ventana: Méteme por tus ojos, escóndeme en tu olvido; aun tu cuerpo, entreabierto, puede muy bien guardarme, antes de que se entregue al cerrado abandono que ya está desciñendo tu ardiente vestidura. Antes de que en el sueño sin voluntad ...

Posesión luminosa

Igual que este viento, quiero figura de mi calor ser y, despacio, entrar donde descanse tu cuerpo del verano; irme acercando hasta él sin que me vea; llegar, como un pulso abierto latiendo en el aire; ser figura del pensamiento mío de ti, en su presencia; abierta carne de viento, ...

Quisiera huir

Estoy cansado. Un cuerpo padece mi agonía... Un cuerpo o multitudes que mi piel no depone. Un ser que vive y sueña la altitud de mis límites... ¡Quisiera huir: perderme lejos de su olvido! estoy cansado de ocultarme en las ramas; de perseguir mi sombra por la arena; ...

Sangre de Abel (VII)

...Un acorde de nubes suspende sobre el cielo al rumor intocado de la voz que termina. Todo el azul presenta su belleza ante el fuego que va a nacer... (¿Contemplo a Dios?) ¡Vuelvo a mi alma!

Sueño

Te llamé. Me llamaste. Brotamos como ríos. Alzáronse en el cielo los nombres confundidos. Te llamé. Me llamaste. Brotamos como ríos. Nuestros cuerpos quedaron frente a frente, vacíos. Te llamé. Me llamaste. Brotamos como ríos. Entre nuestros dos cuerpos, ¡qué inolvidable ...

Tránsitos

¡Qué bien te siento bajar! ¡Qué despacio vas entrando, calliente, viva, en mi cuerpo, desde ti misma manando igual que una fuente, ardiendo! Contigo por ti has llegado escondida bajo el viento -desnuda ante él-, y en mis párpados terminas, doble, tu vuelo. ¡Qué caliente estás! ...

Tres canciones (I)

Puente de mi soledad: con las aguas de mi muerte tus ojos se calmarán. Tengo mi cuerpo tan lleno de lo que falta a mi vida, que hasta la muerte, vencida, busca por él su consuelo. Por eso, para morir, tendré que echarme hacia dentro las anclas de mi vivir. Y llevo un mundo a mi lado ...