NGEL GONZLEZ | |
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![]() | A veces, las palabras se posan sobre las cosas como una mariposa sobre una flor, y las recubren de colores nuevos. Sin embargo, cuando pienso en tu nombre, eres t quien le da a la palabra color, aroma, vida. Qu sera tu nombre sin ti? Igual que la palabra rosa sin la rosa... |
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![]() | Siempre alguna mujer me llevo de la nariz (para no hacer mencin de otros apndices). Anillado como un mono domstico, salte de cama en cama. Cunta zalema alegre, qu equilibrios tal altos y difciles, qu acrobacias tan giles, qu risa! Aunque era un espectculo hilarante, hubo... |
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![]() | Ayer fue mircoles toda la maana. Por la tarde cambi: se puso casi lunes, la tristeza invadi los corazones y hubo un claro movimiento de de pnico hacia los tranvas que llevan los baistas hasta el ro. A eso de la siete cruz el cielo una lenta avioneta, y ni los nios la miraron... |
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![]() | Cuando es invierno en el mar del Norte es verano en Valparaso. Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el puerto de Bremen con jirones de niebla y de hielo en sus cabos, mientras los baladros soleados arrastran por la superficie del Pacfico sur bellas baistas... |
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![]() | Cmo ser yo cuando no sea yo? Cuando el tiempo haya modificado mi estructura, y mi cuerpo sea otro, otra mi sangre, otros mis ojos y otros mis cabellos. Pensar en ti, tal vez. Seguramente, mis sucesivos cuerpos prolongndome, vivo, hacia la muerte se pasarn de mano en mano... |
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![]() | Cuando estoy en Madrid, las cucarachas de mi casa protestan porque leo por las noches. La luz no las anima a salir de sus escondrijos, y pierden de ese modo la oportunidad de pasearse por mi dormitorio, lugar hacia el que por oscuras razones , se sienten irresistiblemente atradas... |
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![]() | De vosotros, los jvenes, espero no menos cosas grandes que las que realizaron vuestros antepasados. Os entrego una herencia grandiosa: sostenedla. Amparad ese ro de sangre, sujetad con segura mano el tronco de caballos viejsimos, pero an poderosos... |
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![]() | Entonces, en los atardeceres de verano, el viento traa desde el campo hasta mi calle un inestable olor a establo y a hierba susurrante como un ro que entraba con su canto y con su aroma en las riberas plidas del sueo. Ecos remotos, sones desprendidos de aquel rumor, hilos de una... |
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![]() | Esperanza, araa negra del atardecer. Te paras no lejos de mi cuerpo abandonado, andas en torno a m, tejiendo, rpida, inconsistentes hilos invisibles, te acercas, obstinada, y me acaricias casi con tu sombra pesada y leve a un tiempo. Agazapada bajo las piedras y las horas,... |
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![]() | Durante muchos siglos la costumbre fue sta: aleccionar al hombre con historias a cargo de animales de voz docta, de solemne ademn o astutas tretas, tercos en la maldad y en la codicia o necios como el ser al que glosaban. La humanidad les debe parte de su virtud y su sapiencia a asnos... |
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![]() | Si yo fuese Dios y tuviese el secreto, hara un ser exacto a ti; lo probara (a la manera de los panaderos cuando prueban el pan, es decir: con la boca), y si ese sabor fuese igual al tuyo, o sea tu mismo olor, y tu manera de sonrer, y de guardar silencio... |
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![]() | Me he quedado sin pulso y sin aliento separado de ti. Cuando respiro, el aire se me vuelve en un suspiro y en polvo el corazn de desaliento. No es que sienta tu ausencia el sentimiento. Es que la siente el cuerpo. No te miro. No te puedo tocar por ms que estiro los brazos como un... |
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![]() | Meriendo algunas tardes: no todas tienen pulpa comestible. Si estoy junto a la mar muerdo primero los acantilados, luego las nubes crdenas y el cielo escupo las gaviotas , y para postre dejo las baistas jugando a la pelota y despeinadas. Si estoy en la ciudad meriendo tarde a... |
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![]() | Yo s que existo porque t me imaginas. Soy alto porque t me crees alto, y limpio porque t me miras con buenos ojos, con mirada limpia. Tu pensamiento me hace inteligente, y en tu sencilla ternura, yo soy tambin sencillo y bondadoso. Pero si t me olvidas quedar muerto sin que... |
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![]() | Para que yo me llame ngel Gonzlez, para que mi ser pese sobre el suelo fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo: hombres de todo mar y toda tierra, frtiles vientres de mujer, y cuerpos y mas cuerpos, fundindose incesantes en otro cuerpo nuevo. Solsticios y equinoccios... |
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![]() | Recuerdo bien a mi madre. Tena miedo del viento, era pequea de estatura, le asustaban los truenos, y las guerras siempre estaba temindolas de lejos, desde antes de la ltima ruptura del Tratado suscrito por todos los ministros de asuntos exteriores. Recuerdo que yo no comprenda... |