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MARTÍN ADÁN

 

   Escrito a ciegas Escrito a ciegas de Martín Adán   


En la voz de Martín Adán    

primeros versos

Quieres tú saber de mi vida? Yo sólo sé de mi paso, De mi peso, De mi tristeza y de mi zapato. ¿Por qué preguntas quién soy, Adónde voy?... Porque sabes harto Lo del Poeta, el duro Y sensible volumen de ser mi humano, Que es un cuerpo y vocación, Sin embargo. Si nací...

 

   Nada es real sino tu ceño... Nada es real sino tu ceño... de Martín Adán   


En la voz de Martín Adán    

primeros versos

Nada es real sino tu ceño Y una roca Y alguna mano humana que va haciendo La vista, la cosa, la forma Y la divinidad de lo inmediato, Y el instante del sentido, y el vientre en sombra. Piedra, escúchame: Yo te quiero enseñar y engañar. La Soledad es una cosa. Como las que encierras, y no es más. La Soledad es como tu cielo...

 

   Nada fue nada... Nada fue nada... de Martín Adán   


En la voz de Martín Adán    

primeros versos

Nada fue nada; Así es la vida, Todo será otra vez; Así es lo eterno. En esta noche, en esta hora, El mundo nació... hacia olvidos. Tú estabas ya. Tú no hiciste nada Machu Picchu, sino mi grito. Yo no nací para humano, Y de lo inmediato, lo divino, Lo sensibilísimo, lo irrazonable Me persigue como mi sombra...

 

   Piedra del dios y del absorto... Piedra del dios y del absorto... de Martín Adán   


En la voz de Martín Adán    

primeros versos

Piedra del dios y del absorto!... ¡Piedra de imposible aullido! ¡Y de impasible oído!... ¡Y no del Otro!... Puedes andar, Machu Picchu, Por donde quieras, con tu pie ciego. Puedes llegar a mi mano Cuando palpo lo que no quiero. Puedes hundirte con la Madre y la Tierra, O irte con el día y el deseo...

 

   Tú adelante vas con paso vivo... Tú adelante vas con paso vivo... de Martín Adán   


En la voz de Martín Adán    

primeros versos

Tú adelante vas, con paso vivo Y la muerte que te sigue adondequiera, Tú fatal como el agua de derivo, Al almo mundo que es la luz entera... Sin estricto ciprés ni desbordada Rosa ni sombra alguna la quimera. Tú adelante vas, ¡ay!, porque en cada Forma late el Origen y a tu obscura Noche echó su chispa ya alborada...