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listado de poemas en audio por primeros versos letra v

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132 poemas con la letra "v"

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El principio de los Itzaes (textos del Chilam Balam de Chumayel) de Poesía maya
Versión castellana Trece veces ocho mil Katunes reposó en su piedra. Entonces se movió la semilla de Hunac Ceel Ahau. Éste es el canto: E¡ ¿Son los hombres como el sol? De la Piedra del que es Amarillo, E¡ ¿de ahíson los hombres buenos? Mi ropa, mi vestido, dijeron los dioses. Así se...
Autobiografía de Amado Nervo
Versos autobiográficos? Ahí están mis canciones, allí están mis poemas: yo, como las naciones venturosas, y a ejemplo de la mujer honrada, no tengo historia: nunca me ha sucedido nada, ¡oh, noble amiga ignota!, qué pudiera contarte. Allá en mis años mozos adiviné del Arte la armonía...
A la muerte del Excelentísimo Señor Duque de Veraguas de Sor Juana Inés de la Cruz
Ves, caminante? En esta triste pira la potencia de Jove está postrada; aquí Marte rindió la fuerte espada aquí Apolo rompió la dulce lira; aquí Minerva, triste, se retira; y la luz de los astros, eclipsada, toda está en la ceniza venerada del excelso Colón que aquí se mira. Tanto pudo la fama encarecerlo...
Murcia de Manuel Benítez Carrasco
Vestida de huertas viene, vestida de huertas va, vestida de huertas llega Murcia frutal. Apenas si se le ve de tan vestida que va con su falda pimentica, con su pañuelo floral y rebosante de frutos el pecho y el delantal. Vestida de huertas viene, vestida de huertas va...
La soleá de Federico García Lorca
Vestidas con mantos negros piensa que el mundo es chiquito y el corazón es inmenso. Vestida con mantos negros. Piensa que el suspiro tierno y el grito, desaparecen en la corriente del viento. Vestida con mantos negros. Se dejó el balcón abierto y el alba por el balcón desembocó todo...
Jardinero de Rafael Alberti
Vete al jardín de los mares y plántate un madroñero bajo los yelos polares. Jardinero. Para mi amiga, una isla de cerezos estelares, murada de cocoteros. Jardinero. Y en mi corazón guerrero plántame cuatro palmeras a modo de masteleros. Jardinero. De: Marinero en...
Vi la serenidad... de Antonio Gamoneda
Vi la serenidad en los ojos de las reses destinadas a los cuchillos industriales y los caballos inmóviles en la tristeza; después, la cal, su luz en los ancianos, y grandes grietas habitadas por lamentos. De: El libro del...
El monito de León Felipe
Vi parir a una mujer y vi parir a una gata y parió mejor la gata; vi morir a un asno y vi morir a un capitán y el asno murió mejor que el capitán. Y ese niño, ¿por qué ha llorado toda la noche ese niño? No es un niño, es un mono me dijeron. Y todos se rieron de mí. Yo fui a comprobarlo...
Viajes de Saúl Ibargoyen
Viajes? En el viaje hacia el hambre en un fondo de sucias gelatinas habrán de aparecer tus dientes muertos. Allí quizás otra vez no crezcan las sílabas multitudinarias levantadas desde el barro por las fuerzas verdes del sol. Porque tus encías y el techo de tu boca envejecen...
Fuego en voz alta para encender la primavera de Efraín Bartolomé
Vibro Estoy cantando Ilumino la oscuridad cantando De la fruta ligeramente amarga del corazón se levantan delgadas capas de una suave corteza Capas ligeras como el aroma que se desprende bajo el sol de un paquete compacto de grandes hojas de tabaco Estoy cantando Me descubro...
Victoria es tiempo de ladrones de Jaime Augusto Shelley
Victoria, sí, sentido sobre la razón, madre de instinto, ser de mis espacios, fin de todos los tiempos y principio de todo lo que crece, nada y vuela, germen del fuego y de la música, memoria inamovible de la luz. Cuanto hay de cierto nace de tu risa; la esperanza son tus ojos, mientras el futuro duerme...
Contrapunto de la fe (fragmento) de Marco Antonio Montes de Oca
Vida, en tus manos encomiendo las generaciones todavía plegadas a mi carne, el futuro, ensombrecido por la tardanza del colibrí, las llamaradas de nieve en el diamante y la coraza de súplicas que protege a la ruina contra el definitivo polvo. En tus manos encomiendo al que es silencioso a pesar de sus palabras...
Vida, mi vida de Alejandra Pizarnik
Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche, déjate caer y doler, mi vida. (Selección: Rafael...
Vieja María, vas a morir... de Ernesto (Che) Guevara
Vieja María, vas a morir, quiero hablarte en serio: Tu vida fue un rosario completo de agonías, no hubo un hombre amado, ni salud, ni dinero, apenas el hambre para ser compartida; quiero hablar de tu esperanza, de las tres distintas esperanzas que tu hija fabricó sin saber cómo...
Romanticismos de Francisco González Léon
Viejas cajitas de música, viejas cajitas de laca, cuya tapa en rectángulo decora la quietud de una pérgola, o la prez de los cármenes de Aranjuez: Cajas de música de las que ya no vienen ahora. Todo un mecanismo demodado: un peine de acero, un cilindro que gira, y sobre la mecánica...
Neblinas de Saúl Ibargoyen
Viejas neblinas se mezclan con las frías polvaredas del invierno inicial. Cuál es o dónde está el origen de esas aguas que tenuemente introducen lenguas de invisible pavor: hilachas hebras hiladas nervaduras médulas salidas de la panza de la bestia universal. Habrá zapatos que deshagan esas nieblas...
El viejo y la pólvora de Efraín Huerta
Viejo sangre de toro viejo marino anciano de las nieves viejo de guerras de enfermerías de heridas Viejo con piel de flor viejo santo de tanto amor viejo de juventud niño de canas viejo amada santamente loco de amor siempre viejo perro soldado anciano de los trópicos viejo hasta lo...
El amor mariposa (Oda Anacreóntica II) de Juan Meléndez Valdés
Viendo el Amor un día que mil lindas zagalas huían de él medrosas por mirarle con armas, dicen que de picado les juró la venganza y una burla les hizo, como suya, extremada. Tornóse en mariposa, los bracitos en alas y los pies ternezuelos en patitas doradas...
Corona de adviento de Luis Felipe Vivanco
Viene despacio, caminando a ciegas por senderos de sangre, por senderos de amor que no interrumpen barbechos ni trigales; que alargan bajo el viento sus aromas silvestres, sus instantes recoletos de sol junto a las tapias, su blancura en pañales, y acuden, sin querer, casi en un vuelo...
Pie de Griselda Álvarez Ponce de León
Viene echando raíces el camino por sentir la caricia de tu paso que con el pie desnudo a largo plazo el baile de tus uvas hace vino. ¡Qué fuerza entre tus vuelos adivino! ¡qué larga tu extensión si la repaso! y qué dueño del mundo si de un trazo terminante desandas el Destino...
Vienen del cielo a mis ojos... de Pedro Garfias
Vienen del cielo a mis ojos, van de mis ojos al cielo azules, blancas, doradas... del color de mis recuerdos. Se encuentran en el camino y hacen su ronda de juegos; se persiguen y se esconden ¿dónde Sirio? ¿dónde Venus? La noche gira suave como una veleta al viento. El silencio tiene un nombre: Tu silencio...
La vida manda que pueble estos caminos de Pedro Mir
Vienen las horas, horas de cielo azul, y de verano, sobre la copa verde. Vienen sobre las velas de la mar del sur y luego sobre los hombres vienen. Crujen al paso del timón y saltan, y desde entonces saltan sobre los meses. Y un caracol de manos entre la espuma coge su mes de plata y...
A la poesía de Cintio Vitier
Vienes menos cada vez, huyes de mí, o es que estamos entrando en tu silencio el pedregal, la luz y ya tenemos poco que decirnos? Pero ese poco, ¿lo diremos nunca? pero ese poco, ¿qué es? ¿Será el alimento de los ángeles, lo que le falta al sol, la muerte? No digas nada tú...
Los ángeles bélicos (Norte, sur) de Rafael Alberti
Viento contra viento. Yo, torre sin mando, en medio. Remolinos de ciudades bajan los desfiladeros. Ciudades de viento sur, que me vieron. Por las neveras, rodando, pueblos. Pueblos que yo desconozco, ciudades del viento norte, que no me vieron. Gentío de mar y tierra, nombres,...
Viéramos amarilla construirse... de Rubén Bonifaz Nuño
Viéramos, amarilla, construirse la corona sulfúrica de humo en la huella del chivo, y floreciera la doliente señora del incienso con el siete de espadas. Viernes santo. Y más: la pesadumbre que con uñas insomnes nos exprime del corazón un grito de dormido. Pero ya no recuerdo ni siquiera lo que pude contarte...
Las sirenas de Antonio Porpetta
Vieron llegar la nave: como siempre elevaron sus cánticos pianísimos, sus murmullos de lluvia y arboleda que un céfiro brumoso llevaba lentamente a las sienes morenas de los hombres, allí, donde se oculta el desconsuelo y remotos paisajes se atesoran con el secreto brillo de su...
Vierte, corazón, tu pena... de José Martí
Vierte, corazón, tu pena Donde no te llegue a ver, Por soberbia, y por no ser Motivo de pena ajena. Yo te quiero, verso amigo, Porque cuando siento el pecho Ya muy cargado y deshecho, Parto la carga contigo. Tú me sufres, tú aposentas En tu regazo amoroso, Todo mi amor doloroso,...
Vine de Concha Méndez
Vine con el deseo de querer a las gentes y me han ido secando mi raíz generosa. Entre turbias lagunas bogar veo a la Vida. Deja estelas de fango, al pasar, cada cosa... Y hablo así, yo que he sido vencedora en mi mundo, porque pude vencerme y vencer a deseo. Pero no me he querido...
Monólogo de la extranjera de Rosario Castellanos
Vine de lejos. Olvidé mi patria. Ya no entiendo el idioma que allá usan de moneda o herramienta. Alcancé la mudez mineral de la estatua. Pues la pereza y el desprecio y algo que no sé discernir me han defendido de este lenguaje, de este terciopelo pesado, recamado de joyas, con que...
Vine en un barco negrero... de Nicolás Guillén
Vine en un barco negrero. Me trajeron. Caña y látigo el ingenio. Sol de hierro. Sudor como caramelo. Pie en el cepo. Aponte me habló sonriendo. Dije: -Quiero. ¡Oh muerte! Después silencio. Sombra luego. ¡Qué largo sueño violento! Duro sueño. La Yagrumade nieve y esmeralda bajo la luna...
Adolescencia de Vicente Aleixandre
Vinieras y te fueras dulcemente, de otro camino a otro camino. Verte, y ya otra vez no verte. Pasar por un puente a otro puente. -El pie breve, la luz vencida alegre-. Muchacho que sería yo mirando aguas abajo corriente, y en el espejo tu pasaje fluir, desvanecerse. De Ámbito...
Cristo de León Felipe
Viniste a glorificar las lágrimas... no a enjugarlas. Viniste a abrir las heridas... no a cerrarlas. Viniste a encender las hogueras... no a apagarlas. Viniste a decir: ¡Qué corran el llanto, la sangre y el fuego... como el...
Vino el médico amarillo... de José Martí
Vino el médico amarillo A darme su medicina, Con una mano cetrina Y la otra mano al bolsillo:¡Yo tengo allá en un rincón Un médico que no manca Con una mano muy blanca Y otra mano al corazón! Viene, de blusa y casquete, El grave del repostero, A preguntarme si quiero O Málaga o...
El ángel bueno de Rafael Alberti
Vino el que yo quería, el que yo llamaba. No aquel que barre cielos sin defensas, luceros sin cabañas, lunas sin patria, nieves. Nieves de esas caídas de una mano, un nombre, un sueño, una frente. No aquel que a sus cabellos ató la muerte...
Vino, primero, pura de Juan Ramón Jiménez
Vino, primero, pura, vestida de inocencia; y la amé como su niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes; y la fui odiando, sin saberlo. Llegó a ser una reina, fastuosa de tesoros... ¡Qué iracundia de yel y sin sentido! ... Mas se fue desnudando. Y yo le sonreía...
Cantares de Manuel Machado
Vino, sentimiento, guitarra y poesía, hacen los cantares de la patria mía... Cantares... Quien dice cantares, dice Andalucía. A la sombra fresca de la vieja parra, un mozo moreno rasguea la guitarra... Cantares... Algo que acaricia y algo que desgarra. La prima que canta y el bordón...
A la Virgen de la Soledad de José María Pemán
Virgen de la Soledad: rendido de gozos vanos, en las rosas de tus manos se ha muerto mi voluntad. Cruzadas con humildad en tu pecho sin aliento, la mañana del portento, tus manos fueron, Señora, la primer cruz redentora: la cruz del sometimiento. Como tú te sometiste, someterme yo...
Virgen hincada empieza a ser visible... de Homero Aridjis
Virgen hincada empieza a ser visible atisba desde sus miembros como alguien escondido al fondo de su cuerpo la punta de su pie bajo su muslo asoma como un haz vivo que atraviesa la sombra en su oscuridad cuerpos vírgenes miran...
A Nuestra Señora de Guadalupe de Marqués de Santillana
Virgen, eternal esposa del Padre, que d 8242;ab initio te crió, por benefiçio desta vida congoxosa; del jardín sagrado rosa, e preçiosa margarita, fontana d 8242;agua bendita, fulgor de graçia infinita por mano de Dios escrita, ¡O Domina glorïosa! Inefable, más fermosa que todas...
Virgen, que el sol más pura... de Fray Luis de León
Virgen, que el sol más pura, gloria de los mortales, luz del cielo, en quien la piedad es cual la alteza: los ojos vuelve al suelo y mira un miserable en cárcel dura, cercado de tinieblas y tristeza. Y si mayor bajeza no conoce, ni igual, juicio humano, que el estado en que estoy por...
Llanto de Griselda Álvarez Ponce de León
Viuda de ausencia toco la mañana, es tan igual invierno y lejanía, que quizá se pudiera se podría abrir la noche junto a tu ventana. Al gallo inútil con su inútil diana en el alba su canto estrellaría, no pasaría el sol no pasaría envuelto ya de noche en su sotana. Viuda de ausencia...
Umbral del hijo de Jaime García Terrés
Viva sospecha de carne no mirada, voz ya, promesa de más cautelas y solicitudes, palabra todavía, que figura tinieblas aledañas. Allí se mueve, sólido, cuerpo que no se ve pero se siente, se sabe, se dibuja con dormidos asedios entretanto. Amor ayer, hoy prisionero leve, árbol será...
Ventanas pintadas de Gloria Fuertes
Vivía en una casa con dos ventanas de verdad y las otras dos pintadas en la fachada. Aquellas ventanas pintadas fueron mi primer dolor. Palpaba las paredes del pasillo, intentando encontrar las ventanas por dentro. Toda mi infancia la pasé con el deseo de asomarme para ver lo que se...
Vida, pasión y muerte del anti-hombre (V) de Pedro Geoffroy Rivas
Vivíamos sobre una base falsa, Cabalgando en el vértice de un asqueroso mundo de mentiras, Trepados en andamios ilusorios, Fabricando castillos en el aire, Inflamando vanas pompas de jabón, Desarticulando sueños. Y mientras, Otros amasaban con sangre nuestro pan, Otros tendían con...
Canto del macho anciano (fragmento) de Pablo de Rokha
Viviendo del recuerdo, amamantándome del recuerdo, el recuerdo me envuelve y al retornar a la gran soledad de la adolescencia, padre y abuelo, padre de innumerables familias, rasguño los rescoldos, y la ceniza helada agranda la desesperación en la que todos están muertos entre muertos...
Canto a los míos de Nuria Parés
Vivimos de prestado: no vivimos. Fuimos menos que el sueño de una generación, la fronteriza de todos los anhelos. Sé que no hemos vivido. Un hada mala a nuestro nacimiento presentó y nos lanzó la baba de su poder maléfico: Habréis de hacer camino, hacer camino lejos...
Vivir sin tus caricias de Amado Nervo
Vivir sin tus caricias es mucho desamparo; vivir sin tus palabras es mucha soledad; vivir sin tu amoroso mirar, ingenuo y claro, es mucha obscuridad... 25 de julio de 1912 De: La amada...
La soñadora de Ávila de Manuel Ponce
Vivo en mi primer morada de Amadís y de Morgante, de soñadora y amante y de estar enamorada. Os estoy a vuestra espada, a vuestra voz de diamante; mas vivo, de tal talante, sin vos, sin Dios y sin nada. Por eso, de hoy más, persigo sobre rocín clavileño un Dios Andante y amigo...
Vivo en un país grande de Julio Torres Recinos
Vivo en un país grande que no conozco porque va de mar a mar, desde lo cálido hasta las nieves del polo donde pocos habitan. Este país apenas me conoce. Soy un número con una dirección y una fecha de nacimiento que paga impuestos y consume los objetos de la felicidad...
Vivo sin vivir en mí de Santa Teresa de Jesús
Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero. Aquesta divina unión del amor con quien yo vivo, hace a Dios ser mi cautivo y libre mi corazón; mas causa en mí tal pasión ver a mi Dios prisionero, que muero porque no muero. ¡Ay que larga es esta vida! ¡Qué...