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palabra virtual

César Vallejo    
    Editora del fonograma:    
    Voz Viva de América Latina. UNAM    
por Claudio Obregón    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Los dados eternos


Para Manuel González Prada esta
emoción bravía y selecta, una de
las que, con más entusiasmo me
ha aplaudido el gran maestro.



Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado...
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.

Dios mío, y esta noche sorda, oscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.




De: Los heraldos negros



CÉSAR VALLEJO






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