Me moriré desierta
de sangres repetidas y de ti,
no llegarás a tiempo, sé que no,
me moriré de olvido, del blando seconal
no sé vivir sin nadie que me rabie a querer
hoy que nadie me rabia
quiero desierta:
retiraré de mí cada palabra,
cada sílex, cada pobre abanico de mujer,
cada cintura roja,
que no es sino vaciarme
del sonido del agua
todo es la soledad cotidiana del agua
el agua y yo dos siglos
de pie frente a este muro, tan espeso,
oh muro, oh desdicha memoria de luz huera
ya no veo las lilas que deshojo,
yo nunca estuve llena sino de un viejo olor
a ciprés y a crayons que me persigue
písame cuando llegues, sin piedad,
quiero sentir tu peso
quiero sentir el peso de tu planta en el vientre
ya difunto
húndelo, quiéreme, písame, que tu deseo pise
el antiguo y ajeno de Alejandra
que esperaba... te.
De: Lecturas de agosto
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