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Poesía Contemporánea II    
    Editora del fonograma:    
    Alhambra Longman    
por Nuria Espert    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

En la ermita del Cristo de la Gracia


¡Qué solo estás! La tarde, fuera, tiene
una lejana música. Yo paso
vacilante, hijo tuyo en el ocaso,
sombra que con tu muerte se sostiene.

Herida está tu casa y tan vacía
como mi corazón, también deshecho.
Como Tú en esta nave de mi pecho
tengo un lugar donde la cera ardía.

Y hoy vengo de mis sueños más oscuros
donde hundido te espero a la mañana.
Una antigua costumbre de campana
trae mi labio al silencio de tus muros.

Nada quiero, Señor, nada te pido;
tengo esta pobre voz que tú me has dado,
y como un perro fiel marcha a mi lado
en mi diario camino hacia el olvido.

Se va la tarde y yo me iré con ella.
Cuando alcancen mis pasos la colina
oirás entre las ramas de esta encina
otra oración bajo la misma estrella.

Un hombre cantará incansablemente,
¿por qué, para qué oído y hasta cuándo?
La soledad del mundo le irá dando
tu cruz y tu camino nuevamente.

Ya sé lo que es andar. El alma herida
otro nombre dejó por otra sierra
donde mi corazón se haría tierra
para darle un momento de mi vida.

No volverá mi amor a lo que amaba.
Me esperarán las cosas que ahora toco,
y se irán olvidando poco a poco
de mí, junto a tu muerte que no acaba.



De: Del campo y soledad



JOSÉ GARCÍA NIETO


 
  Antología. Selección poética (1940-1991)   
 





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