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palabra virtual

Modernismo y 98. Novecentistas    
    Editora del fonograma:    
    Alhambra Longman    
por Adolfo Marsillach    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Coplas y llanto por la muerte de don Guido


Al fin, una pulmonía
mató a don Guido, y están
las campanas todo el día
doblando por él: ¡din-dánl

Murió don Guido, un señor
de mozo muy jaranero,
muy galán y algo torero;
de viejo, gran rezador.

Dicen que tuvo un serrallo
este señor de Sevilla;
que era diestro
en manejar el caballo,
y un maestro
en refrescar manzanilla.

Cuando mermó su riqueza,
era su monomanía
pensar que pensar debía
en asentar la cabeza.

Y asentóla
de una manera española,
que fue casarse con una
doncella de gran fortuna;
y repintar sus blasones,
hablar de las tradiciones
de su casa,
a escándalos y amoríos   
poner tasa,   
sordina a sus desvaríos.   

Gran pagano,   
se hizo hermano   
de una santa cofradía;   
el Jueves Santo salía,   
llevando un cirio en la mano   
—¡aquel trueno!—,   
vestido de nazareno.   
Hoy nos dice la campana   
que han de llevarse mañana   
al buen don Guido, muy serio,   
camino del cementerio.   

Buen don Guido, ya eres ido   
y para siempre jamás...   
Alguien dirá: ¿Qué dejaste?   
Yo pregunto: ¿Qué llevaste   
al mundo donde hoy estás?   

¿Tu amor a los alamares   
y a las sedas y a los oros,   
y a la sangre de los toros   
y al humo de los altares?   

Buen don Guido y equipaje,   
¡buen viaje!′"   

El acá   
y el allá,   
caballero,   
se ve en tu rostro marchito,   
lo infinito:   
cero, cero.   

¡0h las enjutas mejillas,   
amarillas,   
y los párpados de cera,   
y la fina calavera   
en la almohada del lecho!   

¡0h fin de una aristocracia!   
La barba canosa y lacia   
sobre el pecho;   
metido en tosco sayal,   
las yertas manos en cruz,   
tan formal.   
el caballero andaluz.



ANTONIO MACHADO






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