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Vicente Alexaindre. Antología personal    
    Editora del fonograma:    
    Visor Libros    
por Vicente Aleixandre    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

No existe el hombre


          Sólo la luna sospecha la verdad.
Y es que el hombre no existe.

          La luna tantea por los llanos, atraviesa los ríos,
penetra por los bosque.
Modela las aún tibias montañas.
Encuentra el calor de las ciudades erguidas.
Fragua una sombra, mata una oscura esquina,
inunda de fulgurantes rosas
el misterio de las cuevas donde no huele a nada.

          La luna pasa, sabe, canta, avanza y avanza sin descanso.
Un mar no es un lecho donde el cuerpo de un hombre
      puede tenderse a solas.
Un mar no es un sudario para una muerte lúcida.
La luna sigue, cala, ahonda, raya las profundas arenas.
Mueve fantástica los verdes rumores aplacados.
Un cadáver en pie un instante se mece,
duda, ya avanza, verde queda inmóvil.
La luna miente sus brazos rotos,
su imponente mirada donde unos peces anidan.
Enciende las ciudades hundidas donde todavía se pueden oír
(qué dulces) las campanas vividas;
donde las ondas postreras aún repercuten sobre los pechos
      neutros,
sobre los pechos blandos que algún pulpo ha adorado.

           Pero la luna es pura y seca siempre.
Sale de un mar que es una caja siempre,
que es un bloque con límites que nadie, nadie estrecha,
que no es una piedra sobre un monte irradiando.
Sale y persigue lo que fuera los huesos,
lo que fuera las venas de un hombre,
lo que fuera su sangre sonada, su melodiosa cárcel,
su cintura visible que a la vida divide,
o su cabeza ligera sobre un aire hacia oriente.

          Pero el hombre no existe.
Nunca ha existido, nunca,
Pero el hombre no vive, como no vive el día.
Pero la luna inventa sus metales furiosos.



Colaboración poema con voz: María Eugenia Liceaga



VICENTE ALEIXANDRE






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