Ah galanas, no os caséis
por más que el galán os ame
que el buey suelto, bien se lame.
Mirad que os digo verdad,
qué más el cuerno del toro,
pues sabéis que libertad,
no se paga con tesoro.
No troquéis placer por lloro
por más que el galán os ame
que el buey suelto, bien se lame.
Creedme todas a mí,
catad, que bien lo sé yo
que muchas dijeron, sí
que quisieran decir, no.
Y si alguna hay que acertó,
dice alguna vez, dejadme,
que el buey suelto se lame.
Más vale veros rogadas
y en vuestra mano el favor,
que no veros apenadas
con un marido traidor.
Pues con tanto sinsabor
¿quién es quien no grite y brame
que el buey suelto, bien se lame?
Las tristes lágrimas más
cantaréis tras un rincón
diciendo sin alegrías,
¡justa fue mi perdición!
Hallaréis en conclusión
vuestra pena y mal infame
que el buey suelto, bien se lame.
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