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Rosario Castellanos. Poesía    
    Editora del fonograma:    
    Voz Viva de México. UNAM    
por Rosario Castellanos    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Mala fe


Ni el cielo constelado de estrellas ni la ley
moral, urdida en la raíz del hombre.
No, a diferencia exacta de Kant, no me suscitan
tales contemplaciones
tales meditaciones, maravilla o asombro.

Me conmueve más bien la vastedad
del espacio, la inmensa
magnitud de los tiempos
y las cosas que son las que ocurren.

¡Tantas cosas! Orugas, tempestades,
hiedras alrededor de una columna
a medio derruir,
casitas suburbanas, tractores, incunables,
abrelatas, tratados de paz, mesas de bridge,
piedras semipreciosas, recetas de cocina
y más y más y más.
Y yo erigiéndome
en el centro del mundo
y sintiéndome el foco de la atención de todo
lo que existe o de aquel que lo creó
si es que lo que existe ha sido creado.

Y yo, coronación de siglos, en que el cambio
se llama evolución para darle un sentido
de perfeccionamiento y espiral
y no de anillo simple que se cierra.

Se llama evolución, por el mismo principio
utilitario por el que se vendan
los ojos a la mula de noria, vuelta y vuelta,
para que no se eche a morir de aburrimiento.

Se llama evolución y yo soy la cereza
puesta sobre la punta del helado.

Pero hay un problema que, a veces, me preocupa:
la piedra en el zapato,
el aire que se agita y me despeina
y el arañazo del que convalezco.
Es el Mal. Con Mayúscula. Es la prueba patente
de que en el Universo algo falló
y alguien tiene la culpa: Dios, el diablo,
nuestros primeros padres o los últimos.

Mas yo pago el rescate
—con actos de bondad, con sufrimiento—
para que se restaure el equilibrio
y todo continúe, como ahora, girando.

Esta idea, en verdad, me pasma y de esta
certidumbre intocable me sustento.



De: Poesía no eres tú



ROSARIO CASTELLANOS






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