| Versión castellana
 Espía, acechador que andas cazando por los montes,
 una vez, dos veces,
 vamos a cazar a orillas de la arboleda
 en rápida danza, hasta tres veces.
 Alza bien tu frente,
 alista bien la mirada,
 no hagas errores
 para que alcances tu premio.
 ¿Tienes bien afilada la punta de tu dardo?
 ¿Tienes bien enastada la cuerda
 de tu arco, has puesto buena
 resina de calzitn en las plumas
 que están en la punta de la vara de tu dardo?
 ¿Has untado bien
 grasa de ciervo macho
 en la fuerza de tu brazo, en la fuerza de tu pie,
 en tus rodillas, en tus gemelos,
 en tus costillas, en tu tórax, en tu pecho?
 Da tres vueltas rápidas
 alrededor de la columna de piedra pintada,
 ahí donde está atado el viril
 hombre joven, virgen e inmaculado.
 Da la primera, a la segunda
 toma tu arco, ponle la flecha,
 apúntale al pecho, no es necesario
 que pongas toda tu fuerza
 para asaetearlo, para no
 herirlo profundamente en sus carnes,
 para que pueda sufrir un poquito,
 pues así lo quiso
 el Bello Señor Dios.
 Cuando des la segunda vuelta
 a la columna pintada de azul,
 cuando la des,
 asaetéalo de nuevo.
 Habrás de hacer esto
 sin dejar de danzar, porque
 así es como lo hacen los buenos escuderos guerreros,
 los hombres que se escogen
 para dar bondad
 a los ojos del Señor Dios.
 Así como se asoma el sol
 sobre el bosque del oriente,
 comienza del arquero flechador
 el canto.
 Todo lo dan
 los escuderos peleadores.
 
 
 Versión maya
 
 X-pacum-x-pacum-che-
 ti-hum ppel-ti-caa ppel
 coxx-zuut-tut hal-che
 t-alca-okoot tac-oxppel
 Cii liiz u-tan-a-pol-
 malo-ppilha-uich
 maa-menttic-x-ttileich
 tial-caa-ch′a-u-tohol
 A-ci-zuuzma-u-yee a huul
 a-ci-xaab-cheiltma-u-zumil
 a-ppum-adzamaa-maloob
 yiitz-x-caatzim-tut-kuuk
 meel-u-yiit-u-chilbil-a-hul
 A-ci-choimaa-u-u
 tzatzel-xibil-ceh-tu-
 muuk-a-kab-tu-muuka
 ouc-ta-piix-ta-ttoon-
 taa-ch′alatel-taa-tzem
 dzaa-oxppel-alca-zuut-tut
 pach-leil-ocom tum-bonan
 lail-tuux-kaxaan-leil xibil
 pal-h′zac-zuhuy-uinic
 dzaa-u-yaax-ti-ca-sutil/
 chh′ a-a-ppum-dza-u-hul-ch ei l
 toh-tant-u-tzem-ma-kabeilt
 a-dziic-tu-lacal- a muuk-tiyal
 a-huul lomtci-tio lal-ma u
 kilic-tu-tamil u-bakel-u-
 tial-ca paatac-u muk-yaatic
 hu-hum-ppiiltil-ley-u yota
 ciliich celem-yum-ku-
 tu-caa-zuut-ca-dzaa-ti-leil
 ocom tum-ch′o-ca-zuut
 ca-dzal-ca-hulic-tu-caaten
 lailo-yan-a-beiltic-xma-ma
 a patic a uokoot-tu-men
 bail-u-mentic-malo-chi-
 mal-h′batel uinic-tut
 teetal-u-tial u-dza-utz-
 t-yiich-yum-ku-
 Lail-cu-tippil-kin
 t-yokol-kaax-t-lakin-
 cu-hoppol-hul-ppum
 kay-leil-chimal-hba-
 teil-u-dzaicoob-tulacal
 
 
 
 Nota: El presente texto, llamado "Canción de la Danza del Arquero Flechador", forma parte de una colección de cantares mayas, en manuscritos posiblemente del siglo XVIII que están en poder del Sr. Alfredo Barrera Vázquez, quien lo ha publicado ya en la revista Tlalocan, Vol. I, No. 4, 1944, en donde aclara que el texto se refiere seguramente a la canción en la que se exhortaba y aconsejaba a los flecheros cazadores para llevar a cabo el sacrificio humano por flechamiento.
 
 
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