Toda la frente la tengo cubierta de palabras y en ambas sienes un asterisco:
un yerbazal
las palabras, y entre ambos asteriscos reyes, crónicas, rut,
el susto de betsabé cuando intuyó en la azotea que habría
de abandonar su sueño casto de susana a fin de parir sabiduría:
del libro viejo se me ha llenado hoy de viejo la frente; en pie,
me mezo; de pie, releo; y voy de atrás para adelante (cangrejo;
cangrejo) con la mano derecha sobre la cabeza (releo) no
volveré a mirar hacia atrás, fuego y azufre, y una estatua de sal
hoy que de viejo huelo a hijo, ah las virtudes las potestades y
los serafines, ah los tronos: la visión al final del libro debería
ser un mapa, mas como dice? y la muerte no existirá ya más?
yo en cualquier caso y por si las moscas donde dice? no existirá
ya más? pondría (debe decir) un mapa: con santoral al dorso,
cruceros, arcas de la alianza, mesa del pan de las proposiciones
(a ante bajo cabe con contra, déjate de bromas) zen tao shinto
(all kinds of insurance: que te dejes de bromas) y epifanía huida
tentación Horeb o gólgota (deja ya eso) una pila de cosas todo eso,
Juicio Final: vaya mapa. Mapa de mapas, saecula seculorum, sancta
sanctorum, poema de poemas de una sien a otra: oye este cantar de
cantares, oye cómo va: ¿y el Pentecostés? Llenos de mosto, ¿estamos?
Déjate de chacota, te va a costar. How much? José, José. Detente.
Reflexiona. Cavila. Va y no es superchería: escucha; menos hablar,
y escucha. Menos hablar (a la mesa no se habla) y más comer (que
papá decía). ¿Y todo eso está en la frente? ¿Y todo eso viene de Él?
Ubi? Ubi Él? Encima, sin duda; eso es evidente; a izquierda y a
derecha, por supuesto (es decir, a todo lo que den derecha e izquierda,
por supuesto) Él; ¿y debajo? ¿A mis pies? ¿Dios a mis pies? Cosas
difíciles estas cosas, yo clamo; clamo por Él (Who?) (Where?: vaya,
en dos idiomas) (Who?) (When?) cabe dónde cabe cómo cabe cuándo
(¿y cuánto?): un mapa con un meridiano donde quepa el querubín de
alas extendidas de un extremo a otro del mapa, oro macizo las alas,
en mi frente pan de oro a imitación del querubín de aquel templo
primero (y en verdad único pues todo lo demás es imitación) en mi
frente, su reflejo; y por su reflejo, las huestes (hostia, qué palabra)
celestes en orden ascendente (descendente, para un imitador como yo
por palabras) todas las tallas en mi frente, y en mi frente (por palabras)
aguamanil, badillas y aspersorios, un gran objeto de cobre consagrado,
y por su consagración, velloritas, un campo de velloritas un campo
de gencianas, Su templo: es decir, mi frente (frente de proposición)
y por la frente, de una sien a otra, totalidad de palabras: morir
acompañado. Y de tu mano (abisag) (Guadalupe, de tu mano) y mamá
(Betsabé) a mi lado (Ana) a mi lado, desciendan: hágase Tu voluntad
(claro que en yiddish). Un cielo yiddish. Un subterfugio yiddish para
poder librarme de ésta, y escabullirme; en letras yiddish (¿las entenderé?)
(¿entenderé?, ¿entenderé?) la salida. Boquete, y luz. Luz y un tranvía
de luz a la loma del Cerro, loma del Mazo, por el boquete (exeunt) llegó
el primer día: ocho de la mañana, Santos Suárez, salón con ventanales
a un jardín de la mano de Dios dejado a su perfección, rosas y un yarey,
rosas y colirio (extracto de vicarias) para mejor ver después
de la larga cruda de la vida (estoy viejo) Su (a la salida)
(dónde, por dónde) presencia: presente, el niño; presente,
y a punto (en su maceración) el anciano; de los suyos,
rodeado, en la su villa de Ocaña (qué me digo, de La Víbora)
mostrando en este trago su esfuerzo famoso (pero qué me digo,
si yo soy un cagueta, culero e hijo de culeros; hasta el canto del
chamarín me amedrenta). ¿Ya morí? ¿Estoy ñampeado? Seis
letras, Muerte. Seis letras en la frente y una ventana por donde
vi de niño por primera vez en un jardín de La Habana el día
de mi inauguración escolar, día de la inauguración por seis
(el sábado, descanso) la mezquina figura chanzona, chanzona
y chacotera (chusca) la Muerte: y traté por todos los medios a mi
alcance, de congraciarme (to no avail): y como vi que ni lloros
ni palabras me servirían de nada, acepté, aún de niño, acepté,
y pedí (a mi madre o a la maestra al piano en aquel día luminoso
a mis tinieblas, día primero con vista al jardín, el jardín de las
acacias) que me limpiara el fondillo: obrado. Y por obra mía, la
frente vi llena de palabras; y ya que de esto se trata y que de esto
estoy hecho, esto doy: a la salida (palabras) después de una
larga adormidera sin recurso.
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