Qué nombre le va a poner, o Juana, o Fernandina, o la dejamos quieta:
¿y tiene o tendrá pareja?
Se afinca a sus arrecifes, mas si suelta un pie, la Isla vuela a su garza
y de la garza a su
aura tiñosa y de su aura, torcaza: y ahora se dio vuelta a
Oriente, a su nacimiento, y con Ella por Maisí regresamos
a nuestro sitio: mango, semillón, y el centeno averiado por
el cornezuelo, ergot, ergot, Gott in Himmel, la pajarera
herrumbrosa en la habitación trastera se abre a su vacío de
tomeguines, nos cayó gorgojo, alza el rostro y verás la ceiba
del patio infestada de totíes: pobre pobre pájaro bienhechor,
culpable de la culpa inmemorial de haber nacido, la Isla.
Sujeta a una flora y fauna expectorantes, fuera y fuera, solavayan,
váyanse ya, a otra
cosa, mariposa, somos tres sobran dos, y quien queda
(apaga y vamos) aguarda su Anunciación, murió marzo,
murió el día 25, a respirar todos parejo en nombre de la
isla asmática, cogerla por el cuello, arrojarla al Mar:
varada Isla, isla defenestrada, el manatí lame la costra de
tus orillas por Maisí, volveremos: a tu bautismo, Cuba;
tres narras tres polacos tres niches tres cubiches a la Mesa,
y el Redentor en su centro irradiará silencio, ausencia de
palabras, buena señal para esta gente cotorrera, subuso y
calla, calla lengua, y volveremos.
Quitando a dos o tres, y bien sabemos quiénes, todos los héroes
(solavaya) de esta Patria
son unos hígados: del marabú, descendientes; de picudas
hablas heredadas de sus fornicadores padres, mejor se
atuvieran todos a guapear menos, guachinear más, y
sentarse en el muro de espaldas a la ciudad a fumar a
solas: un poco de soledad, caballeros, hace falta. Falta
que hace, verracos: abran paso; por un desfiladero llegará
volando, pajarito parejero, el zunzún.
Ola y ola, aguas lustrales, salió el sol. Yo me llamo José, fumo bebo
tiemblo escribo no
me meto con nadie, es ideal: y por rieles empíreos oigo el
tres de una guitarra, por su esfera vuelvo a la cúpula de una
casa de mampostería, observatorio y lucerna (oriundo paraíso
de rascabucheadores) soy pequeño. No hubo nada, nada pasó,
fue todo un error pequeño de la percepción de quien vive, quien
anda, se traspapela y ofusca, elucubra que si la acción del tiempo
que el diablo son las cosas o que por si las moscas, vaya vaya,
tanta cosa: soy Juan soy híbrido, estoy a un paso de toda historia,
y viceversa en su espejo de aguas me leo (manatí) releo la Isla,
su verdadero nombre es Yagua (Balboa, cómo se llama) yara yarey,
pongámosle de una vez por todas Áglaye, Alecto o qué por falta de
mejor palabra.
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