Antes lo creí
pero ya no.
El amor no es asunto de dos
ni de tres;
esto nos concierne a todos.
Si beso tus labios,
si nos decimos, adiós,
mi vida,
habrá siempre
una voz arremetida, a empeñones
un grito como trueno,
un lamento, que diga
que no.
Toma tiempo, lo sé;
a distancia,
respira como un pensamiento
a solas;
Pero vendrá,
se necesita mucho
para aprender, de nuevo,
que el amor,
darse los buenos días,
decir te quiero,
no es un asunto de dos,
ni de tres,
Eso nos concierne a todos.
De: Horas ciegas, 1988
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