Diego
Verdad es, muy grande, que yo no quisiera, ni hablar, ni dormir ni oír, ni querer.
Sentirme encerrada, sin miedo a la sangre, sin tiempo ni magia, dentro de tu mismo miedo
y dentro de tu gran angustia, y en el mismo ruido de tu corazón.
Toda ésta locura, si te la pidiera, yo sé que sería, para tu silencio, sólo turbación.
Te pido violencia, en la sinrazón, y tú, me das gracia, tu luz y calor.
Pintarte quisiera, pero no hay colores, por haberlos tantos, en mi confusión, la forma concreta
de mi gran amor.
Cada momento, él es mi niño, mi niño nacido, cada ratito, diario, de mi misma.
De: EL DIARIO DE FRIDA KAHLO. Un íntimo autorretrato
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