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El innombrable

La sombra fue
siempre la sombra
el halo que tu imagen me dejaba.
Desterrado de mi paraíso
libre por fin de tí
de tus congéneres
emerge finalmente
tu verdadero rostro.

¡Cuánto afecto, mi Dios, desperdiciado!



De: Los pasos circulares


THELMA NAVA




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