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A Griselda Álvarez para su Anatomía superficial

Oreja, mano, brazo, pierna, ojo
—cuenta de amor que resta de la mía—
una tan envidiable anatomía
que al mirarme al espejo, me sonrojo.

En tintas de alabanza tiño y mojo
plumas que empuño, y canto de alegría
y ante tan lujuriosa paganía
mirtos y rosas a su pie deshojo.

Ávido el ojo si la mano explora
y el brazo alarga en vano vericueto,
enmudece el misterio de la espora.

¡Gloria a Griselda, porque a tal sujeto
infunde un corazón, y con-decora
carne de poesía el esqueleto!



De: Biblioteca del soneto


SALVADOR NOVO




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