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Cuestión de corazón

La cárcel hace
todo lo posible
por doler:

es la húmeda tumba
de los días más solos;
el odio a cuatro muros
sin hiedra
en que se prenda la sonrisa,
es la cruel, muerta mano
que introduce sus múltiples
dedos azules por los poros
para llevarnos sufría suciedad
hasta donde estaría
el alma;
es la noche de hierro
que nos cae de pronto;
el pozo sin estrellas
donde se olvida
hasta el olvido,
donde el silencio suena
como un duro tambor
desesperantes.
Pero hasta la cárcel
puede llegar
a amarse,
cuando uno tiene
suficiente
corazón...


(De: La ventana en el rostro)


ROQUE DALTON




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