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Recoge el sortilegio

Recoge el sortilegio que en el agua pasa,
donde la corriente, cómplice tuya, limpia tus pecados,
luz y sombra, al atardecer, en la leve frialdad,
separado del mundo por la mano que te elige,
celebras en la obediencia la gloria y la elevación.
Los animales te dan la fuerza al morir,
su salud, su fidelidad, su estirpe y su sacrificio,
caen para que tú con el poder te arranques.
Los cantos y los rituales se adueñan de tu mente,
recurrente salmodia que en niño te convierte,
lejos de todo daño, tu voluntad es noche deliciosa
al contacto de la miel, casi dios de agua,
cobrando con tu fe apariencia imaginaria,
dormido en la onda, turbia y sensual, que ya te llama.






De: Okantomí


RODOLFO HÄSLER




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