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Esa mano...

Esa mano
que en el alba del mundo
repartió la amargura
y la belleza
eligió la amatista
para darle el imperio de los sueños.

Y dándole el imperio de los sueños
le dio el imperio de la poesía.

... Un silencio de flor, de cielo y nube
se mueve y se levanta en su interior.



(ÁNGEL AMARGO, XIV)
De: Las anticipaciones


PEDRO PICCATTO




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