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La Zarza de Moisés (Normas novísimas)

La fiel caballería fue invitada,
casi en bloque, al gran baile de la duquesa rusa.

Al repicar del alba, los húsares y ulanos
se armaron confiados para la cruenta lucha.
Coraceros y dragones les envolvieron por sorpresa
en una escaramuza sagaz como la niebla.

Relinchaban los potros, y en la extensa llanura
retumbaba el zumbido de cascos y metralla.

Entrechocaban los aceros, los sables relucían,
y el cornetín, sangrante, llamó a la retirada
cuando murió el alférez portando el necio trapo.

Un montón de gusanos quedó sobre el terreno
de uniformes raídos y empapados de barro.



De: Ojo de pez ( Ed. Prometeo. 1982)


PEDRO JESÚS DE LA PEÑA




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