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Bailarina

Saltó desde mi ojo a la ventana
desnuda está en la acera     mojada     a la intemperie
bajo una luna extraña.
De pronto ya no baila
me sigue el rastro ajeno     taciturno
la ira del zapato sobre el lomo.
Salta la bailarina
me recorre la espalda
habla de Irlanda en mis hombros     y no entiendo
la hago saltar a punta de pistola
dolor para gritar malas palabras
y no aguantar ni un poco
y no tener piedad.
Gritar para que salte     disparar
y ver su cuerpecito llevado por el aire
danzando a contraluz.


ODETTE ALONSO




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