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Alma Atrapada

Cae la noche y venzo al sueño,
el perfume de la enredadera es grato
y con sus amorosas hojas
me invita a descansar...
La noche, ¡ah, la penumbra lunar!

Modelo despierta la propia fantasía
que se cuela entre las rejas.
Un segundo sí, un minuto no:
ladronzuela de lo cierto
que me intenta devorar...
La duda, ¡cuánto pesar!

Cabellos de plata hilada
en manos de seda ardientes.
Insistente vacío de lágrimas o sollozos
que se ahogan.
Y no volveré a soñar...
Bailarinas frágiles destrozadas,
yacentes sobre lechos de cristal,
cisnes de luengos cuellos y picos de atardecer
en un estanque de luna.
Torpes, mis manos arreglarlo quisieran,
mas nunca podrán,
pues el perfume de la enredadera
matará mi respirar,
y ni un gemido, ni un latido siquiera se oirá,
ni siquiera el respirar.







De Alma atrapada


NURIA DEL SAZ




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