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Consejos domésticos

Sacar a pasear el alma como quien saca un perro,
no permitir que te ladre ni que te lama,
plancharla después del bronceado
y procurar que no se queme, aunque arda.
Consumir el fuego sobrante y, si no hay más remedio,
mandarla una vez más a la hoguera o a la tintorería.



De: Pícaras, místicas y rebeldes, Trilogía poética de las mujeres en Hispanoamérica.
Selección: Aurora Marya Saavedra, Maricruz Patiño y Leticia Luna


NEUS AGUADO




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