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Sólo un soplo



                                          y amaneció ceniza
                                          lo que anocheció aldea
                                                              Góngora






Duró apenas dos siglos, dirá alguien.
Apenas si fue un sueño.

Hace dos siglos sólo había tierra
donde hoy hay calles llenas
de estas casas vacías donde fuimos
niños que se despiertan sin que nadie los llame,
niños de tierra en vilo que acudían
a la tierra y al vientre del que habían salido,
del que nunca salieron.

No había nada, campos
que cultivaron mis antepasados,
que vivían en casas de milagro,
casas sin luz ni agua,
donde sólo las voces y los pozos
alumbraban, saciaban.

                                 Las manos de las madres
que fueron mías antes de la mía
unían pueblos, disolvían guerras
al enjuagar la ropa de sus hijos,
tendían puentes al tenderla al sol,
salvaban cada día el mundo con peinarnos.

Duró apenas dos siglos. Sólo un soplo,
un sueño de la tierra. Ya ha pasado.

    Ya ha pasado con más pena que gloria,
de la nada a la nada,
del hambre al abandono, atravesando un mundo
que ya nadie recuerda,
que ya nadie desea recordar.





De: Aldea


JUAN VICENTE PIQUERAS




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