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Ligero como el canto que no acaba...

Ligero como el canto que no acaba
Se ondula tu recuerdo en el verbero.
Regresa y es el mismo.
Despierto y no es un sueño,
A tu vuelta inocente encadenado.
La voz no sabe lo que canta.
Tallas mi vida y no lo advierto.
Hablo,
Y siempre ignoro de quién hablo.



De: Muerte sin ahí, 1986

Poema proporcionado por el autor



JOSÉ CARLOS CATAÑO




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