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Los proscritos

                                                            para Amalia Bautista



Lo más original no fue el pecado
ni la ira de Dios, ni la serpiente,
sino aquella oración que se dijeron
al salir al exilio, temblorosos
con el sexo cubierto por vergüenza:
"amor no soy de ti sino el principio".




Selección del autor


JORGE VALDÉS DÍAZ - VÉLEZ




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