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Súbito

Nacer es darse cuenta, cruzar
la puerta de esa estancia donde nada se escucha
y penetrar el ruido que habita ese silencio.
Alzar la mano trémula
para palpar un rostro y deslizarse
sobre el liso contorno y comprender que existe,
que es hermoso, que duele, que conmueve.
Saber que enero empieza
detrás de esas ventanas que nadie quiere abrir
y que adentro es noviembre, que no nieva,
que todo es sepia y frío y largo y triste.
Porque nacer es darse cuenta,
empezar a volverse una memoria,
saber por qué es invierno si es invierno,
saber por qué los rostros no son sombras,
y llamar al mar, Mar, y no crepúsculo
y darle un nombre al cuerpo que habitamos
hasta dotarlo de una historia.






De El día interminable


JORGE GALÁN




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