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Una sirena eterna (XII)

Esa noche en que los médicos miraban en silencio el plenilunio, un canto emergió del cenote, una voz milenaria de escamas enloqueció a los hombres. Los que tuvieron suerte son esos sordos que caminan con un arco en la mano.

Selección del poemario inédito
UN GRITO EN EL ARCA
de Isolda Dosamantes


ISOLDA DOSAMANTES




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