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Aviso

La ciudad es de goma lisa y negra

pero con boquetes de olor a vaquería,

y a almacenes de grano, y a madera mojada,

y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto.



Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos

hay bruscos bocinazos que deshinchan

mi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;

pero escribiría un poema perfecto

si no fuera indecente hacerlo en estos tiempos.


GABRIEL CELAYA




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