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Perfección fugaz

              Para el poeta Carlos Pellicer



Pinté el tallo,
luego el cáliz,
después la corola
pétalo por pétalo,
y,
al terminar mi rosa,
la induje
a soñar su aroma.

¡Hice la rosa perfecta!

Tan perfecta,
que al día siguiente
cuando fui a mirarla,
ya estaba muerta.



De: Cerca de lo lejos, 1979


ELÍAS NANDINO




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