☰ menú
 



La pera verde y podrida

Iba un día con su abuelo
paseando un colegial
y debajo de un peral
halló una pera en el suelo.
      Mírala, cógela, muerde;
mas presto arroja el bocado,
que muy podrida de un lado
estaba y del otro verde.
      Abuelo, ¿cómo será
decía el chico escupiendo,
que esta pera que estoy viendo
podrida, aunque verde, está?
      El anciano con dulzura
dijo: vínole ese mal
por caerse del peral
sin que estuviera madura.

Lo propio sucede al necio
que, estando en la adolescencia,
desatiende la prudencia
de sus padres con desprecio;
al que en sí propio confía
como en recurso fecundo
e ignorando lo que es mundo
engólfase en él sin gúia.
Quien así intenta negar
la veneración debida
en el campo de la vida
se pudre sin madurar.



Mujeres de carne y verso.
Antología poética femenina
en lengua española del siglo XX.
Edición de Manuel Francisco Reina.
La esfera literaria. 2002



CONCEPCIÓN ARENAL




regresar