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Rosa blanca

La luz del día se apaga;
rosa blanca, sola y muda,
entre los álamos vaga
de la arboleda desnuda.

Y se desliza tan leve
que el pájaro, adormecido,
toma su andar por ruido
de hoja que la brisa mueve.

Ni para ver en su ocaso
al sol hermoso un instante
ha detenido su paso
indiferente y errante.

Ni de la noche llegada
a las tinieblas atiende,
ni objeto alguno suspende
su turbia incierta mirada.

y ni lágrimas ni acentos,
ni un suspiro mal ahogado
revelan los sufrimientos
de su espíritu apenado.

¡Tal vez de tantos gemidos
tiene el corazón postrado!
¡Tal vez sus ojos rendidos
están, de mal tan llorado!

Tal vez no hay un pensamiento
en su cabeza marchita,
y en brazos del desaliento
ni oye, ni ve, ni medita.

El poeta "suave rosa"
llamóla, muerto de amores...
¡El poeta es mariposa
que adula todas las flores!

Bella es la azucena pura,
dulce la aroma olorosa,
y la postrer hermosura
es siempre la más hermosa.

Vióse en transparente espejo
linda la joven cabeza;
mas tal vez dio en su reflejo
su vanidad la belleza.

¿Y qué importa si es hermosa?
Sola, muda y abismada,
sólo busca la apartada
arboleda silenciosa.

Y allí, cuando debilita
su espíritu el sufrimiento,
en brazos del desaliento
ni oye, ni ve, ni medita.


CAROLINA CORONADO




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